El alcalde de Alcorcón critica la falta de policías en los disturbios

El alcalde de Alcorcón (142.000 habitantes), el socialista Jesús Salvador Bedmar, criticó ayer la escasa presencia policial durante los disturbios producidos el domingo pasado tras la manifestación de protesta de grupos antifascistas por la violencia neonazi y por la sentencia del llamado caso Costa Polvoranca (véase EL PAÍS de ayer). Durante los incidentes, grupos vandálicos rompieron los cristales de ocho sucursales bancarias y siete lunas del Ayuntamiento. Numerosos contenedores de vidrio fueron volcados, y dos de papel fueron incendiados.Según el máximo regidor local, una mayor presencia d...

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El alcalde de Alcorcón (142.000 habitantes), el socialista Jesús Salvador Bedmar, criticó ayer la escasa presencia policial durante los disturbios producidos el domingo pasado tras la manifestación de protesta de grupos antifascistas por la violencia neonazi y por la sentencia del llamado caso Costa Polvoranca (véase EL PAÍS de ayer). Durante los incidentes, grupos vandálicos rompieron los cristales de ocho sucursales bancarias y siete lunas del Ayuntamiento. Numerosos contenedores de vidrio fueron volcados, y dos de papel fueron incendiados.Según el máximo regidor local, una mayor presencia de agentes habría podido controlar mejor a los grupos que se formaron tras la concentración.

Jesús Salvador tachó de "cobardes y de personas que no saben vivir en sociedad y en democracia" a los autores de los altercados. "Vinieron con el cuento de que eran pacíficos, pero las bolas de acero que usaron no se compran en la tienda de la esquina. La única satisfacción que me cabe es pensar que la gran mayoría no era de Alcorcón y que los amigos y familiares de Ricardo Rodríguez [muerto en Costa Polvoranca en 1995] no participaron en ella", explicó el regidor local.

Precisamente la madre de Ricardo Rodríguez señaló a EL PAÍS que se encontraba "indignadísima" por los incidentes en los que degeneró la manifestación en recuerdo de su hijo. Maribel García comentó que quería dejar claro que ni su familia ni ella habían convocado la marcha y que condenaban los disturbios. "Quieren luchar contra la violencia neonazi y lo único que consiguen es manchar el nombre de mi hijo. Ahora todo el municipio me echa las culpas de algo con lo que no he tenido nada que ver. Desde luego, la justicia no se consigue así", puntualizó García.

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