UN FÚTBOL BAJO SOSPECHA

El esperpento del fútbol portugués

Una riada de escándalos en el último año han afectado a dirigentes, luego a los árbitros y ahora a los jugadores

"El fútbol también puede ser excitante sin sexo". Una voz sensual y cautivadora lanzaba este mensaje al final de la promoción que la cadena privada TVI emitió la semana pasada ante el "encuentro del siglo" Barcelona-Real Madrid, un encuentro muy atractivo para la audiencia portuguesa dado el número y calidad de jugadores nacionales en las filas del equipo azulgrana. Puede parecer anecdótico, pero refleja con cierta precisión el esperpento nacional que atraviesa el fútbol portugués tras su último escándalo lúdico-violento-deportivo. Un escándalo que es el enésimo de una larga trayectoria que ha...

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"El fútbol también puede ser excitante sin sexo". Una voz sensual y cautivadora lanzaba este mensaje al final de la promoción que la cadena privada TVI emitió la semana pasada ante el "encuentro del siglo" Barcelona-Real Madrid, un encuentro muy atractivo para la audiencia portuguesa dado el número y calidad de jugadores nacionales en las filas del equipo azulgrana. Puede parecer anecdótico, pero refleja con cierta precisión el esperpento nacional que atraviesa el fútbol portugués tras su último escándalo lúdico-violento-deportivo. Un escándalo que es el enésimo de una larga trayectoria que ha puesto al fútbol portugués bajo sospecha. Antes a sus dirigentes, luego a sus árbitros, y ahora a sus internacionales.La bacanal de sexo, alcohol, drogas y violencia que protagonizaron algunos jugadores de la selección nacional antes de su enfrentamiento ante Irlanda, el 12 de noviembre de 1995, ha provocado la intervención del presidente de la República, Jorge Sampaio, y del primer ministro socialista, Antonio Guterres, quienes han exigido un rápido esclarecimiento de un escándalo que denigra la imagen del fútbol luso e, inevitablemente, del propio país y sus instituciones.

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La denuncia de una prostituta brasileña sobre la orgía desatada durante una concentración de la selección nacional ha causado la más absoluta estupefacción fuera de Portugal y ha servido para conocer que tales acontecimientos no eran habituales pero "ocurrían con cierta periodicidad", según reconoce a EL PAIS una alta fuente del Gobierno.

Estas bacanales no sólo fueron conocidas por algunas autoridades del Estado sino también por la jerarquía deportiva y diversos medios de comunicación que silenciaron los casos por "considerar" que estos asuntos eran competencia de la esfera personal y privada de las personas. Increíble, pero cierto.

Pero lo más sorprendente del caso han sido las reacciones posteriores a la divulgación del escándalo por la cadena privada SIC, que preside el ex primer ministro Francisco Pinto Balsemao. Oficialmente, el caso ha provocado asombro y hasta la más absoluta perplejidad. Pero, en realidad, la maquinaria deportiva ha tratado de desacreditar el tratamiento ofrecido por el citado canal, sin entrar prácticamente en la cuestión de fondo. Lo grave no es que un grupo de jugadores internacionales, con autorización o connivencia del entrenador y su adjunto, prepare y disfrute una orgía, con drogas y violencia incluída antes de un partido. Un amplio sector de la afición y de las autoridades deportivas prácticamente acepta, comprende y disculpa la fechoría de sus jugadores y sólo considera fundamentalmente grave el que dos de las prostitutas fueran brutalmente agredidas por dos de los deportistas [Secretario y Couto, según la testigo] provocando un monumental alboroto por los pasillos del hotel que no pasó desapercibido a algunos de los clientes y, por supuesto, a la dirección y los empleados del Atlantic Gardens, de Estoril.

Pero, sorprendentemente, tampoco es eso lo más grave. Las autoridades deportivas y el sindicato de jugadores salieron inmediatamente en defensa de los acusados y arremetieron furibundamente contra la SIC tildándola de "sensacionalista" y "manipuladora", en vez de. solicitar una inmediata investigación sobre el asunto. Según la testigo, la brasileña Angélica Cristina Riberiro, conocida por Paula, el entonces adjunto al seleccionador nacional, Joaquim Teixeira, se ocupó de reclutar en un conocido local de Lisboa a un grupo de prostitutas que le trasladaron al citado hotel de Estoril para "relajar" a los jugadores antes de su cita internacional. Entraron por una puerta trasera del establecimiento y subieron hasta una habitación donde las esperaban un grupo de seleccionados, algunos de ellos fumando hachís. Siempre según la versión de la testigo, jugadores y mujeres se repartieron por diversos rincones de la suite para dar rienda suelta a sus ejercicios de relajación. Entre ellos se encontraban Folha, Paulinho da Costa, Domingos, Secretario y Couto, aunque éste último no participó supuestamente en la orgía, pero sí en la algarada final que acabó con la agresión a dos prostitutas.Todos los acusados consultados hasta el momento han negado las acusaciones y han recibido el apoyo de las autoridades deportivas y gran parte de la afición cuando en medios periodísticos y gubernamentales, extraoficialmente, se ha reconocido que los hechos se ajustan a la realidad. El propio director del Atlantic Gardens, Carlos Lorena Ermida, que dimitió de su cargo el pasado miércoles, ha remitido al fiscal general de la República un informe en el que reconoce la entrada de las prostitutas en el establecimiento y el posterior revuelo, con agresiones incluidas, lo que provocó las protestas de algunos clientes del hotel.A pesar de los datos divulgados hasta el momento, las reacciones no han podido ser más inauditas. El secretario de Estado para el Deporte, Miranda Calha, afirmó al diario deportivo Récord: "Pienso que debe existir, por encima de todo, la preservación del buen nombre de las personas, antes de ser juzgadas. Es preciso ponderar bien los hechos presentados o sugeridos y, hasta que se demuestre lo contrario, no hay personas juzgadas y culpables. Hay, sí, personas que deben ser vistas por su dignidad y participación como deportistas".La Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol explicó en un comunicado oficial que el programa [de la SIC] lanzó un ataque soez y torpe a los profesionales del fútbol, especialmente a los entrenadores Antonio Oliveira y Joaquim Teixeira. Excedió todos los límites éticos y legales del deber de informar y provocó daños irreparables al fútbol en general".

La Federación Portuguesa de Fútbol (F PF) ha anunciado la presentación de una querella criminal contra los responsables del programa deportivo de la cadena SIC y decidió " repudiar vehementemente la forma como fue trasmitido el prograrna y la práctica periodística utilizada que, además, fue objeto de una crítica pública generalizada, particularmente por el Sindicato de Periodistas". La FPF calificó de "falsa denuncia" que los jugadores fumaran hachís y, hasta ahora, no se conoce que haya iniciado la apertura de una investigación deportiva que aclare tan lamentables acontecimientos.

A pesar de los cruces de denuncias intercambiados entre acusadores y acusados, el semanario Expresso informó el sábado que el fiscal general de la República no tiene previsto abrir ninguna investigación oficial con los datos recogidos hasta el momento. Según las fuentes mencionadas por el citado semanario, el Ministerio Público no puede abrir ningún proceso como delito público si no existen sospechas fundadas de "desfiguración grave o permanente [de las agredidas], indisposición para la capacidad de trabajo y utilización del cuerpo [la prostitución está prohibida en Portugal], anomalía incurable o peligro para la vida". El laberinto legislativo portugués y la lentitud de los procesos, reconocido por fuentes gubernamentales consultadas por EL PAÍS, "no conducirán seguramente a nada en este caso, que acabará sin consecuencias significativas en los tribunales y, probablemente, sin sanciones deportivas"."Prueba de ello", dicen estas fuentes, "es el caso Sá Pinto, que agredió al actual seleccionador nacional tras no ser convocado a un partido, y ha demostrado la duplicidad de competencias entre la Federación y la Liga, que suspendieron y autorizaron paralelamente su participación en el campeonato nacional".Ante el evidente deterioro de la imagen del país y sus instituciones, el primer ministro, Antonio Guterres, explica que "es indispensable que la Justicia funcione". El presidente de la República, Jorge Sampaio, insistió con contundencia: "Es preciso una investigación profunda sobre este caso, realizada por las entidades responsables, sean deportivas, de la Federación o judiciales".

Sin embargo, la respuesta inmediata del presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol, Gilberto Madaíl, a Jorge Sampaio no se hizo esperar: "¿El señor presidente de la República también manda recados a la Federación? Yo pensaba que sólo lo hacía La FIFA".

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