Tribuna:

Tendencia ajena

La inversión española sigue confiando más en la potencia de Wall Street que en los datos económicos internos, y no le va mal. Ayer conseguía otro máximo histórico de la mano del mercado norteamericano y después de haber pasado por alto un primer avance sobre la inflación doméstica en abril, estimada en un 1,9% en tasa interanual.Los inversores han aprendido en poco tiempo que las tendencias económicas son globales y que los Gobiernos poco pueden hacer por corregirlas o aumentarlas. De ahí su empeño en seguir las grandes directrices en detrimento de los datos caseros, aunque también se tienen e...

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La inversión española sigue confiando más en la potencia de Wall Street que en los datos económicos internos, y no le va mal. Ayer conseguía otro máximo histórico de la mano del mercado norteamericano y después de haber pasado por alto un primer avance sobre la inflación doméstica en abril, estimada en un 1,9% en tasa interanual.Los inversores han aprendido en poco tiempo que las tendencias económicas son globales y que los Gobiernos poco pueden hacer por corregirlas o aumentarlas. De ahí su empeño en seguir las grandes directrices en detrimento de los datos caseros, aunque también se tienen en cuenta.

La contratación, con 92.559 millones de pesetas efectivas, puede considerarse elevada, ya que el mercado va a estar prácticamente cerrado cuatro días al ser jornada festiva el próximo viernes en Madrid, y en Estados Unidos aún deben publicarse nuevos indicadores económicos que van a tener su interpretación puntual.

El Bundesbank mantuvo los tipos de interés en Alemania, como esperaban los mercados, lo que estabilizó la cotización de la peseta respecto del marco. En cambio, la divisa española tuvo que soportar los altibajos del dólar ante cada nuevo dato económico que se publicaba. Wall Street cerró en 7.008,99 puntos, con una ganancia de 46,96.

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