El fiscal general del Estado presenta su dimisión al Gobierno, segun la cadena SER

El fiscal general del Estado, Juan Ortiz Úrculo, ha presentado su dimisión, según informó esta madrugada la cadena SER, que citó fuentes de la vicepresidencia del Gobierno. Francisco Álvarez Cascos, presidente en funciones por ausencia de Aznar, ha pedido a Úrculo que espere a materializar su decisión hasta el regreso del presidente. La dimisión, según las mismas fuentes, obedece a las crecientes desaveniencias entre el fiscal del Estado y la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, debido a que ésta no pone en marcha el traslado de la fiscal de la Audiencia Nacional Maria Dolores ...

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El fiscal general del Estado, Juan Ortiz Úrculo, ha presentado su dimisión, según informó esta madrugada la cadena SER, que citó fuentes de la vicepresidencia del Gobierno. Francisco Álvarez Cascos, presidente en funciones por ausencia de Aznar, ha pedido a Úrculo que espere a materializar su decisión hasta el regreso del presidente. La dimisión, según las mismas fuentes, obedece a las crecientes desaveniencias entre el fiscal del Estado y la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, debido a que ésta no pone en marcha el traslado de la fiscal de la Audiencia Nacional Maria Dolores Márquez de Prado, medida propuestra por Úrculo. Además, ayer se conocieron dos inesperadas candidaturas para fiscal jefe de la Audiencia, cargo que dejó vacante José Aranda, destituido en enero por Úrculo.

El desencadenante de la inestable situación del fiscal general, nombrado para el cargo en agosto del pasado año, se produjo hace unos meses, cuando Úrculo intentó poner orden en la Fiscalía de la Audiencia. Las sanciones que él mismo propuso contra los llamados fiscales indomables fueron consideradas insuficientes en la propia carrera fiscal. Algunas de ellas, sin embargo, como la multa de 50.000 pesetas a Fungairiño o el traslado de María Dolores Márquez de Prado, no han sido bien vistas en algunos círculos del Gobierno. Así, el ministro del Interior, Jaime Mayor, ha elogiado públicamente a Fungairiño, mientras la ministra de Justicia no acaba de materializar la propuesta de traslado de Márquez de Prado.Desde hace varias semanas, la dimisión de Úrculo ha sido objetó de numerosos rumores debido a tales desavenencias El propio fiscal general ha llegado a decir que, si el Gobierno no pone en marcha las sanciones que él propuso, significará que hay independencia entre él y el Ejecutivo.

Más competidores

Pero la gota que colmó el vaso fue la presentación, ayer, de nuevas candidaturas para fiscal jefe de la Audiencia. Como competidores del sancionado Fungairiño -líder del grupo de los indomables, del qué también forma parte la fiscal Márquez de Prado-, se. presentaron Mariano Fernández Bermejo, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y Francisco Javier Cebrián Badía, fiscal del Supremo.

El único candidato que había hecho público con antelación su interés por presentarse al cargo, el portavoz de la Asociación de Fiscales, Miguel Colmenero, renunció ayer al entender que "no se dan las condiciones necesarias".

La primera candidatura en llegar ayer a la Fiscalía del Estado fue la de Francisco Javier Cebrián Badía, fiscal de la Sala de lo Civil del Supremo y que, según fuentes del ministerio fiscal, había mostrado interés en solicitar la vacante en el caso de que no se presentase otro candidato que Fungairiño.

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A última hora de la tarde presentó su candidatura Mariano Fernández Bermejo, fiscal jefe de Madrid y eterno referente de todas las quinielas al cargo de fiscal jefe. De carácter severo, fuerte personalidad y amplia experiencia de mando sobre los 140 fiscales que tiene a su cargo, Fernández Bermejo ha sido considerado tradicionalmente por amplios sectores de la carrera como el único capaz de ejercer con autoridad la difícil jefatura de la fiscalía de la Audiencia Nacional.

Sin embargo, Mariano Fernández Bermejo también cuenta con el rechazo, incluso visceral, de los sectores más conservadores, que le consideran muy próximo al PSOE desde su paso por el Ministerio de Justicia como asesor de Fernando Ledesma. Considerado uno de los pesos pesados dentro de la Unión Progresista de Fiscales, que respaldará su candidatura, Fernández Bermejo fue vetado en las primeras negociaciones para buscar candidatos comunes entre ambas asociaciones, según una fuente de la asociación progresista. Fue fiscal jefe de Segovia, posteriormente. ascendió al Supremo y de ahí fue promovido a fiscal jefe de Madrid. En esta fiscalía impulsó las investigaciones sobre el exgobernador del Banco de España Mariano Rubio.

Cebrián Badía, fiscal de lo civil en el Supremo, suscita menos rechazo que Fernández Bermejo, aunque tiene tanta experiencia. Moderadamente progresista, con 35 años de antigüedad en la carrera fiscal, es el candidato más veterano.

Cebrián Badía no pertenece a ninguna de las dos asociaciones: la Unión Progresista de Fiscales y la Asociación de Fiscales. Nacido en La Coruña, tiene 62 años y ocho hijos. Es calificado como persona de trato fácil y sociable, aunque quizá sin el carácter necesario para domar a los indomables.

Tras la renuncia de Colmenero, la jefatura se decidirá, previsiblemente, entre Cebrián y Fernández Bermejo. La candidatura de Fungairiño es bien vista por el Ministerio del Interior, pese a que el pasado verano este fiscal acusó al Gobierno de "bajarse los pantalones" ante ETA al permitir el acercamiento de una treintena de presos etarras al País Vasco.

Pese a su dilatada experiencia antiterrorista, Fungairiño tiene en su contra a todo el Consejo Fiscal por su respaldo y liderazgo sobre el grupo de los indomables, su proximidad a los jueces estrella de la Audiencia Nacional y los sucesivos desafíos para evitar las sanciones a Ignacio Gordillo, Pedro Rubira y María Dolores Márquez de Prado, integrantes de su grupo.

Presentadas esas candidaturas, ahora tendrá que ser convocado el Consejo Fiscal para elegir al nuevo jefe de los Fiscales de la Audiencia. La crisis de la Audiencia no es el único frente que dejaría abierto Ortiz Úrculo si se materializa su dimisión. Debía abordar, además, el nombramiento de fiscal jefe Antidroga, cargo que solicitó el destituido José Aranda y que lleva sin cubrir desde hace seis meses, al no haber salido a concurso la plaza.

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