Tribuna:

Indeterminado

Los inversores españoles pudieron comprobar ayer que no es posible luchar contra los elementos, aunque tampoco hicieron mucho para enfrentarse a ellos. El índice de precios al consumo (IPC) de marzo sitúa la inflación interanual en el 2,2%, pero la Bolsa terminó cayendo un 0,75%.Lo cierto es que en un primer momento las cotizaciones celebraron el dato del IPC, si bien con escaso apoyo del dinero, y que fue la apertura a la baja de Wall Street la que impuso el peso de su lógica y provocó cierta sensación de impotencia, sobre todo porque el avance de la mañana rompía otra lógica, la del movimien...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los inversores españoles pudieron comprobar ayer que no es posible luchar contra los elementos, aunque tampoco hicieron mucho para enfrentarse a ellos. El índice de precios al consumo (IPC) de marzo sitúa la inflación interanual en el 2,2%, pero la Bolsa terminó cayendo un 0,75%.Lo cierto es que en un primer momento las cotizaciones celebraron el dato del IPC, si bien con escaso apoyo del dinero, y que fue la apertura a la baja de Wall Street la que impuso el peso de su lógica y provocó cierta sensación de impotencia, sobre todo porque el avance de la mañana rompía otra lógica, la del movimiento de vaivén que padece el mercado español desde principios de este año y que ahora se ha visto plenamente confirmado.

Durante la jornada se negociaron 59.000 millones de pesetas, con bastantes aplicaciones y una concentración alta en dos valores, Telefónica y Repsol. El conjunto del mercado apenas vio un duro. De ahí la facilidad con que se produjo el movimiento de repliegue ante la presencia de un dato negativo.

A pesar de los recortes de las dos últimas jornadas, el índice consigue subir un 2% en la semana, prácticamente el avance del lunes, y queda en una zona neutra en la que la falta de entusiasmo empuja hacia niveles inferiores.

Archivado En