Dos mujeres ponen la escena en una situación límite en 'Anabel y Zina'

Han pasado cinco años desde la última vez que se vieron Anabel y Zina, dos mujeres unidas por un drama y que dan título, además, al montaje de la compañía Las Pulgas que se presenta hoy en la sala Cuarta Pared. Se trata de un texto de Christian Rullier, un autor contemporáneo francés, prácticamente desconocido en España, del que, hasta ahora, no se había llevado ningún texto a escena en el país. La dirección ha corrido a cargo de Roberto Cerdá, y las dos actrices que hablan y hablan durante más de una hora sobre el escenario son Amparo Vega y Susana Hernández.Anabel y Zina están en una situaci...

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Han pasado cinco años desde la última vez que se vieron Anabel y Zina, dos mujeres unidas por un drama y que dan título, además, al montaje de la compañía Las Pulgas que se presenta hoy en la sala Cuarta Pared. Se trata de un texto de Christian Rullier, un autor contemporáneo francés, prácticamente desconocido en España, del que, hasta ahora, no se había llevado ningún texto a escena en el país. La dirección ha corrido a cargo de Roberto Cerdá, y las dos actrices que hablan y hablan durante más de una hora sobre el escenario son Amparo Vega y Susana Hernández.Anabel y Zina están en una situación límite. Por eso hablan de todo con mucha sinceridad: de su pasado, de sus planes, de sus frustraciones, "de todo lo que se habla cuando dos personas se sinceran. Podrían ser dos hombres también", comenta Susana Hernández.

Salen anécdotas de cuando eran pequeñas; también hay reproches y risas. Todo repartido en 10 escenas cortas que suceden sobre una tarima en la que, además de las actrices, hay una caja, una lámpara y dos sillas: para dar importancia al texto, que es lo que de verdad quieren destacar estas dos intérpretes.

"Estábamos buscando un texto que se adaptara a nuestra edad y a nuestra forma de ser. En principio queríamos una pieza de un autor español, pero no encontramos nada. Dimos con esta obra de Rullier sin traducir y decidimos llevarla a escena. Es un trabajo interesante porque no se suelen trasladar autores franceses contemporáneos", cuenta Esperanza Vega.

Hernández destaca de esta obra el hecho de que se basa en la palabra. "Se pretende llegar al corazón de los espectadores. En Anabel y Zina hay corazón y sentimientos", dice la actriz. Vega destaca el sentido del humor, fino y sutil, con el que el autor ha dotado a las dos protagonistas. "Rullier escribe con imágenes muy sugerentes", añade Vega.

Anabel y Zina, en la sala Cuarta Pared (Ercilla, 17; metro Embajadores), del 3 al 13 de abril. Jueves, a las 21.00; de miércoles a domingos, a las 20.00. Precio: 1.200 pesetas.

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