Costa remata la victoria
, Albert Costa, de 22 años, rozó la derrota. Cuando se llevaban 50 minutos de juego estaba ya afrontando las dos primeras bolas de partido. Goellner le vencía entonces por 6-2, 5-4 y 40-15 y parecía en disposición de dar a Alemania el segundo punto. "Al principio estuve excesivamente relajado", confesó Costa. "Acababamos de decidir la eliminatoria y en lo único que yo pensaba era en ir a celebrarlo".
Después, Costa logró sobreponerse. Las bolas que salían rozando las líneas comenzaron a entrar, las que se estrellaban en la red la superaron y todo el panorama se fue modificando por el si...
, Albert Costa, de 22 años, rozó la derrota. Cuando se llevaban 50 minutos de juego estaba ya afrontando las dos primeras bolas de partido. Goellner le vencía entonces por 6-2, 5-4 y 40-15 y parecía en disposición de dar a Alemania el segundo punto. "Al principio estuve excesivamente relajado", confesó Costa. "Acababamos de decidir la eliminatoria y en lo único que yo pensaba era en ir a celebrarlo".
Después, Costa logró sobreponerse. Las bolas que salían rozando las líneas comenzaron a entrar, las que se estrellaban en la red la superaron y todo el panorama se fue modificando por el simple hecho de que consiguió centrarse en el encuentro y olvidarse de lo demás. Y también, porque el público no le dejó abandonado a su suerte: la pista presentaba el mismo rebosante aspecto del partido anterior.
Los últimos 45 minutos del encuentro se convirtieron en un festival de Costa. Volvió a ser el jugador del primer día, cuando derrotó a Dreekmann, y volvió a constatar su solidez. Ganó la segunda manga en el desempate y la tercera con un 6-1 concluyente.
Cuando acabó de poner el 4-1 definitivo a la eliminatoria, el público seguía allí. Y el equipo volvió a reunirse en el centro de la pista y volvió a ser aclamado. Santana, entonces, cogió el micrófono y agradeció el esfuerzo de la organización y el apoyo del público. Y Moyá se acordó de la final de Australia: "Hasta luego, Lucas", repitió. La fiesta fue completa.