Cáncer

La carta al director de Marita Clari, que publicó su diario el 15 de enero, me anima a escribir otra en la que pienso hace tiempo. Tengo 39 años, y hace dos que debido a un cáncer de mama me sometí a una mastectomía, pasando luego por tratamientos de poliquimioterapia, radioterapia y hormonoterapia.Durante los 14 meses que duró el proceso, recibí la atención, el apoyo y el cariño de tantas personas, que ese tiempo constituye para mí una experiencia humana muy valiosa. Tengo que decir que, en mi caso, las molestias fueron perfectamente soportables, y que siempre me encontré bien físicamente y d...

La carta al director de Marita Clari, que publicó su diario el 15 de enero, me anima a escribir otra en la que pienso hace tiempo. Tengo 39 años, y hace dos que debido a un cáncer de mama me sometí a una mastectomía, pasando luego por tratamientos de poliquimioterapia, radioterapia y hormonoterapia.Durante los 14 meses que duró el proceso, recibí la atención, el apoyo y el cariño de tantas personas, que ese tiempo constituye para mí una experiencia humana muy valiosa. Tengo que decir que, en mi caso, las molestias fueron perfectamente soportables, y que siempre me encontré bien físicamente y de ánimo.

Ahora bien, hay algo de lo que quiero quejarme: estoy harta de oír la palabra cáncer como sinónimo de todo lo irremediable, irreversible, horroroso, mortal e invasivo. Creo que la realidad de muchas personas que enfermamos de cáncer hace inapropiada la metáfora, y su uso permanente empieza a fastidiar a quienes hemos luchado, con ayuda de la medicina y de quienes nos rodean, para salir adelante con entusiasmo. El estereotipo social sobre el cáncer añade un sufrimiento gratuito a las personas que lo padecen. Creo que la educación, las administraciones cuando divulgan, y los medios de comunicación podrían utilizar su influencia para desmontar el tópico.-