Los etarras que intentaron matar al Rey iban a usar balas especiales para causar más daño

Los etarras Juan José Rego Vidal, Jorge García Sertucha e Ignacio Rego Sebastián, que intentaron asesinar al Rey en Palma de Mallorca en 1995, pensaban emplear balas con muescas, una munición que se trocea y expande en el momento del impacto, causando un daño más elevado. Así lo explicaron los peritos que intervinieron en el juicio que concluyó ayer en la Audiencia Nacional y en el que el fiscal pidió una rebaja de penas de 9 a 37 años para los tres terroristas por aplicación del nuevo Código Penal. La defensa dió seis años para Ignacio Rego y la absolución para el resto.

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Los etarras Juan José Rego Vidal, Jorge García Sertucha e Ignacio Rego Sebastián, que intentaron asesinar al Rey en Palma de Mallorca en 1995, pensaban emplear balas con muescas, una munición que se trocea y expande en el momento del impacto, causando un daño más elevado. Así lo explicaron los peritos que intervinieron en el juicio que concluyó ayer en la Audiencia Nacional y en el que el fiscal pidió una rebaja de penas de 9 a 37 años para los tres terroristas por aplicación del nuevo Código Penal. La defensa dió seis años para Ignacio Rego y la absolución para el resto.

Los terroristas, según los peritos, contaban con un rifle de alta' precisión tipo Chacal. Era el arma idónea para realizar el atentado, pues tenía un alcance máximo de 2.000 metros y un alcance efectivo de 500 metros, suficiente para haber disparado con éxito, al Rey en la cubierta del yate Fortuna, que se encontraba exactamente a una distancia de 251 metros del piso de los etarras.Siempre según el dictamen de los peritos, al arma le habían cambiado el cerrojo para incorporarle uno de un fusil Mauser, que mejoraba la precisión y lo convertía en un rifle casi de artesanía. Disponía de una mira telescópica y un silenciador para eliminar el sonido del disparo en el arma, aunque no el del proyectil. Eso hubiera despistado más a los testigos, ya que al tratarse de munición supersónica, se hubiera oído el paso de la bala, pero no determinar la ubicación del tirador. La munición era de marca Remington, una de las mejores del mundo, según los peritos. Al dar en el blanco, las balas se expanden, por lo que producen gran destrozo de tejidos.

También fueron analizadas las armas y el explosivo hallado en poder de los etarras. El artefacto que pensaban hacer estallar para facilitar la fuga estaba. compuesto por 600 gramos de exógeno casi puro, un explosivo de gran-potencia, y contaba con dos sistemas para activarlo, un detonador y un temporizador de hasta 12 horas.

Además del rifle, los etarras contaban con tres pistolas y dos subfusiles con la numeración borrada y sin antecedentes, es decir, no utilizados en otros atentados.

En el informe, el fiscal Jesús Santos -el mismo del caso" Lasa-Zabala- afirmó que el atentado es una "manifestación del delirio y fanatismo criminal de la organización terrorista ETA. Tras explicar que la nueva legislación les es más favorable, por lo que pidió una rebaja de 39 a 37 años en su petición de cárcel, agregó que los terroristas habían intentado exculpar a Ignacio Rego, pero que la versión que habían ofrecido era inverosímil. Tanto Juan José Rego como Sertucha realizaron un alegato final en el que pedían la negociación con ETA a través del interlocutor Eugenio Etxebeste, Antxon.

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