Encapuchados incendian la sede del PSOE en Hernani
Un grupo de encapuchados simpatizantes de ETA incendió ayer tarde la sede del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) en Hernani (Guipúzcoa), provocando daños materiales de consideración que, por el momento, no han sido evaluados. Según testigos presenciales, el grupo, formado por siete u ocho individuos, irrumpió en la Casa del Pueblo arrojando piedras contra los nueve militantes socialistas que se encontraban en ese momento en el interior y conminándoles a abandonar el local al grito de "¡todos fuera!". Mientras el grueso del grupo amenazaba con piedras a los atemorizados militantes del PSE l...
Un grupo de encapuchados simpatizantes de ETA incendió ayer tarde la sede del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) en Hernani (Guipúzcoa), provocando daños materiales de consideración que, por el momento, no han sido evaluados. Según testigos presenciales, el grupo, formado por siete u ocho individuos, irrumpió en la Casa del Pueblo arrojando piedras contra los nueve militantes socialistas que se encontraban en ese momento en el interior y conminándoles a abandonar el local al grito de "¡todos fuera!". Mientras el grueso del grupo amenazaba con piedras a los atemorizados militantes del PSE local, varios de los encapuchados vaciaron en varias estancias del inmueble un bidón de gasolina de cinco litros que transportaban y, acto seguido, le prendieron fuego y escaparon precipitadamente del local. Ante la densa humareda, varios militantes socialistas abandonaron la sede utilizando una puerta de emergencia y otros de sus compañeros permanecieron en su interior tratando de sofocar las llamas.Uno de ellos fue posteriormente hospitalizado con síntomas de intoxicación a causa a la inhalación de humo y gases. Su estado no reviste gravedad, aunque anoche continuaba sometido a observación. Efectivos de la Ertzaintza, cuerpo que cuenta con comisaría en Hernani, acudieron a la sede socialista minutos después y ayudaron a apagar el incendio. Pese a no haber podido impedir el asalto ni capturar a los agresores, la Ertzaintza, cuerpo policial cuya actuación ante la violencia callejera está siendo cuestionada últimamente, obtuvo ayer el elogio de los militantes socialistas de Hernani.Según testigos presenciales, los asaltantes -todos ellos, jóvenes- penetraron en la sede socialista aprovechando la salida del local de un distribuidor de bebidas. Con anterioridad, desprovistos de sus capuchas, habían, permanecido durante bastante tiempo merodeando por los alrededores esperando una oportunidad para entrar en la sede. Algunos militantes locales se lamentaron de la escasa colaboración de los vecinos a la hora de facilitar datos que permitan identificar a los encapuchados. "Aquí nadie ve nada, todo el mundo lleva gafas de madera", comentó, desalentado, un militante del PSE de Hernani, población que parece haberse convertido en el escenario preferido por los protagonistas de la violencia callejera.
Según los responsables de la Consejería de Interior, Hernani es actualmente "la capital del mundo que apoya a ETA", la localidad en la que están ubicadas las sedes de Jarra¡, de las Gestoras Proamnistía y de otros grupos que pertenecen al mismo entramado organizativo de KAS y HB. El local siniestrado ha sido atacado con anterioridad, al menos en otras seis ocasiones.
El jueves por la noche, otro grupo de encapuchados agredió en Oiartzun (Guipúzcoa) a los ciudadanos que, convocados por las organizaciones pacifistas vascas, protestaban en silencio por el asesinato en Madrid del teniente coronel Jesús Cuesta. Pese a las agresiones, el colectivo pacifista de Oiartzun ha transmitido su propósito de continuar manifestándose cada vez que se produzca un asesinato.
Otro grupo de encapuchados atacó anoche un autobús en el municipio vizcaíno de Getxo, informa Europa Press. Tras obligar al conductor y a los viajeros a salir del autobús, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego. El conductor, con ayuda de un compañero, intentó apagar el fuego. Fue ayudado después por miembros de la Ertzaintza, con lo que los daños fueron mínimos.