Los homicidios descendieron el año pasado un 19% respecto a 1995

El capítulo más negro de la estadística policial redujo el año pasado sus páginas. Mientras en 1995 se cometieron en los distritos controlados por la Policía Nacional 109 homicidios, en 1996 la cifra bajó a 89 -un 19% menos-. Este descenso vino acompañado de un aumento en el porcentaje de casos resueltos, que se situó en el 78%, cinco puntos por encima de 1995. Se trata, con todo, de una tasa de eficacia muy por debajo de la media nacional -90%- e incluso de la que se registró en Madrid en 1994 -89%-.

La policía carece de explicación para el descenso de los crímenes. "Como tampoco la te...

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El capítulo más negro de la estadística policial redujo el año pasado sus páginas. Mientras en 1995 se cometieron en los distritos controlados por la Policía Nacional 109 homicidios, en 1996 la cifra bajó a 89 -un 19% menos-. Este descenso vino acompañado de un aumento en el porcentaje de casos resueltos, que se situó en el 78%, cinco puntos por encima de 1995. Se trata, con todo, de una tasa de eficacia muy por debajo de la media nacional -90%- e incluso de la que se registró en Madrid en 1994 -89%-.

La policía carece de explicación para el descenso de los crímenes. "Como tampoco la tenemos para el aumento, a no ser que haya una asesinato- masivo que incida en la estadística", comentó una fuente policial. "Tampoco creo que el descenso en las muertes haya incidido en la mejora de la eficacia. La resolución de un ' caso depende de muchos factores, y no hay ninguna ciencia que permita alcanzar el cien por cien. Algunos homicidios no se resuelven nunca y otros enseguida", añadió.Entre las víctimas de 1996 cuyas muertes no han sido aclaradas destaca la del empresario de Villáviciosa de Odón (16.000 habitantes) Emilio Langa Pérez, de 62 años, a quien el 21 de junio pasado una banda de ladrones, tras desvalijar su chalé, apaleó y acuchilló a la puerta de su dormitorio. Las pistas de la Guardia Civil sobre este espeluznante caso se limitan a una bala y una furgoneta sin matrícula huyendo en la noche.

Otro crimen sin resolver es el del oftalmólogo Ignacio de Valentín Gamazo, de 38 años. Dos atracadores le tirotearon el 8 de septiembre a la puerta de un supermercado de Chamberí.

Dos balazos

La víctima recibió los disparos cuando intentó ayudar a una dependienta del supermercado a quien los ladrones habían encañonado. Dos balazos tumbaron su gesto.

También a manos de unos atracadores murió el pasado 13 de diciembre el policía nacional Juan Hernando Sanz, de 47 años. El hombre intentaba detener a los asaltantes de la oficina de Correos de la calle de Pinzón (Carabanchel). El agente recibió un único tiro cuando, en un intento de disuadir a los ladrones, disparó contra el suelo. La respuesta le atravesó el abdomen. Luego llegó la fuga y un interrogante que aún sigue abierto. La policía, optimista, asegura que posee pistas fiables sobre el autor de los tiros. La detención, sin embargo, aún no ha llegado.

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Como tampoco se ha detenido al asesino de Beatriz Agredano Lozano, la intérprete de inglés de 21 años cuyo cadáver destrozado apareció a finales de noviembre en un descampado de Santa Eugenia. El misterio se cierne sobre este caso. La joven fue vista por última vez en la estación de cercanías de Vallecas, donde iba tomar para Vicálvaro. Beatriz no llegó a completar su recorrido y bajó una estación antes, posiblemente bajo amenazas, camino de su muerte.

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