Entrevista:

"A Madrid le falta un museo de instrumentos"

Curiosa ambivalencia la suya: por la mañana es un sesudo arquitecto urbanista que nada en informes y planos a escala en la Consejería de Obras Públicas; por la tarde, y casi siempre hasta las tantas de la madrugada, tira de creatividad como musicologuillo de inspiración medieval e intérprete de salterios, chirimías, uñas de cabra o flautas a bisel. Eduardo Paniagua, madrileño de 44 años, es músico por vocación y para no desentonar: sus tres hermanos, Gregorio, Luis, también andan involucrados en el fascinante mundo de las notas. El segundo de esta saga singular ha sido integrante de Atr...

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Curiosa ambivalencia la suya: por la mañana es un sesudo arquitecto urbanista que nada en informes y planos a escala en la Consejería de Obras Públicas; por la tarde, y casi siempre hasta las tantas de la madrugada, tira de creatividad como musicologuillo de inspiración medieval e intérprete de salterios, chirimías, uñas de cabra o flautas a bisel. Eduardo Paniagua, madrileño de 44 años, es músico por vocación y para no desentonar: sus tres hermanos, Gregorio, Luis, también andan involucrados en el fascinante mundo de las notas. El segundo de esta saga singular ha sido integrante de Atrium Musicae y Cálamus, grabó su primer disco de música, antigua con 14 anos y a los 16 ya ofrecía conciertos internacionales, pese a lo cual sigue siendo -cosas de este país- un perfecto desconocido. Eduardo anda ahora involucrado en dos proyectos fascinantes: difundir el instrumental del medievo con su exposición Bisabuelos de una orquesta y completar la grabación de las 427 cantigas de Alfonso X el Sabio; de momento va por las 70 tras la publicación de Cantigas de Sevilla, quinto disco (segundo doble) de esta colección.Pregunta. Y a todo esto, ¿quién es el rey sabio?

Respuesta. Un perfecto desconocido. Apenas hay de él una biografía de 200 páginas pese a ser una figura trascendental para el castellano como sólo lo fue Cervantes. Ni siquiera se han acabado de traducir las Cantigas; por eso, cuando trabajo sobre esos textos, tengo la sensación de estar abriendo un cofre que esconde un tesoro precioso.

P. El interés por la música de la Edad Media, ¿proviene del éxito de los cantos de Silos?

R. Lo, de los monjes silenses fue una buena operación de mercadotecnia: se vendió la idea del vacío espiritual contemporáneo y me consta que algunos de los que compraron aquel disco no acabaron de escucharlo por aquello de que "todas eran iguales". Supongo que mi serie alfonsina se debe a que las discográficas ya están un poco aburridas de grabar la versión número 28 de los conciertos de Beethoven

P. Un medievalista en Madrid y, cosa rara, madrileño, ¿cómo se relaciona con la gran ciudad?

R. Madrid me parece una ciudad anónima e inhumana, pero en cambio' cuenta con una región encantadora. En la capital echo mucho de menos un conjunto gótico-románico, algún lugar donde pudiéramos reunirnos los pirados que nos dedicamos al gregoriano y estas cosas. Y falta, sobre todo, un museo de instrumentos como el que hay en Barcelona.

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Bisabuelos de una orquesta. 65 instrumentos medievales. Del 16 al 31 de diciembre. Centro de Cultura de Rivas-Vaciamadrid. Pablo Picasso, 4. Discos Sony Classical / Hispánica.

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