Cartas al director

Renfe-Atocha

Desde hace años, cada vez que llueve, en alguno de los andenes de pasajeros de la estación de cercanías de Atocha cae directamente el agua que se cuela por las claraboyas del techo y que debería de hacerlo en las vías. Esto, unido al suelo tan pulcramente pulido de los andenes (se hizo en el mes de junio), hace que éstos se conviertan en unas peligrosas pistas de patinaje.Hace escasas fechas, se han gastado decenas de millones en poner nuevas escaleras manuales y mecánicas -que, por cierto, hacían falta dado que las antiguas eran verdaderos embudos por su estrechez), pero las goteras no tienen...

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Desde hace años, cada vez que llueve, en alguno de los andenes de pasajeros de la estación de cercanías de Atocha cae directamente el agua que se cuela por las claraboyas del techo y que debería de hacerlo en las vías. Esto, unido al suelo tan pulcramente pulido de los andenes (se hizo en el mes de junio), hace que éstos se conviertan en unas peligrosas pistas de patinaje.Hace escasas fechas, se han gastado decenas de millones en poner nuevas escaleras manuales y mecánicas -que, por cierto, hacían falta dado que las antiguas eran verdaderos embudos por su estrechez), pero las goteras no tienen visos de arreglarse.

Seguramente, para que se dé la orden de que se reparen, tendrá alguien que partirse la cabeza en una mala caída. De esta manera, el perjudicado, aparte de salir en las noticias- locales de los periódicos, demandaría a la compañía. Espero, por el bien de todos, que no tengamos que llegar a dicha situación.-

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