Más allá del filo de la ley

En cualquier pelea, el filo de la navaja traza una peligrosa línea divisoria. Una frontera cuyo paso puede convertir la gresca en un baño de sangre. Así ocurrió hace dos semanas en el instituto de Marqués de Suanzes dónde unos estudiantes, movidos por rivalidades de recreo, acabaron su duelo a navajazos y un menor tuvo que ser hospitalizado. Peor suerte corrió el 1 de diciembre Alberto Guindo, de 21 años. El joven, tras una discusión callejera, recibió una puñalada mortal en el corazón. El homicida tenía 18 años. Y ayer mismo dos nuevas agresiones dieron brillo a las navajas. La primera ocurri...

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En cualquier pelea, el filo de la navaja traza una peligrosa línea divisoria. Una frontera cuyo paso puede convertir la gresca en un baño de sangre. Así ocurrió hace dos semanas en el instituto de Marqués de Suanzes dónde unos estudiantes, movidos por rivalidades de recreo, acabaron su duelo a navajazos y un menor tuvo que ser hospitalizado. Peor suerte corrió el 1 de diciembre Alberto Guindo, de 21 años. El joven, tras una discusión callejera, recibió una puñalada mortal en el corazón. El homicida tenía 18 años. Y ayer mismo dos nuevas agresiones dieron brillo a las navajas. La primera ocurrió a las 5.30 en un pub de la calle de Villalar (Salamanca). Juan Carlos Z. S., de 27 años, fue acuchillado cuando intentaba separar a dos hombres enzarzados en una pelea. Y a las siete de la tarde, en la calle de Amposta, 12, dos toxicómanos, según los vecinos, se enfrentaron a cuchilladas. Uno quedó herido grave en el suelo y otro huyó.

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