Refriega en San Mamés

Concluido el choque del siglo, la Liga volvió a la normalidad. Con el Madrid más líder y más seguro de sus convicciones, y con el Barça ya tercero y rebosante de dudas, a las que contestó con un nuevo fichaje: el nigeriano Amunike, una vieja obsesión de Robson. El choque del sábado, el de todos los adjetivos, no dejó mayor repercusión. Parecía que tras el duelo de Chamartín se acabaría el campeonato, pero no. Sigue bien vivo, con seis meses aún por delante y con más equipos que el Madrid y el Barça con ansias de grandeza. Sobre todo, uno, el Deportivo, que ayer no sólo ganó y man...

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Concluido el choque del siglo, la Liga volvió a la normalidad. Con el Madrid más líder y más seguro de sus convicciones, y con el Barça ya tercero y rebosante de dudas, a las que contestó con un nuevo fichaje: el nigeriano Amunike, una vieja obsesión de Robson. El choque del sábado, el de todos los adjetivos, no dejó mayor repercusión. Parecía que tras el duelo de Chamartín se acabaría el campeonato, pero no. Sigue bien vivo, con seis meses aún por delante y con más equipos que el Madrid y el Barça con ansias de grandeza. Sobre todo, uno, el Deportivo, que ayer no sólo ganó y mantuvo de nuevo su puerta a cero, sino que cuajó ante el Valencia una actuación formidable. Se colocó segundo en la tabla y reivindicó por enésima vez su candidatura al título.Riazor saludó una gran encuentro, de los mejores. El Deportivo estuvo seguro en defensa y brillante en el centro del campo. Le faltó puntería, eso sí. Porque no hubo más goles que el madrugador de Martins (m. 6), una preciosa combinación entre Manjarín, Rivaldo y el centrocampista francés. El Valencia, en cambio, demostró que necesita aún tiempo para adaptarse a su nuevo modelo, el que predica Valdano.

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También enseñó los dientes el Betis, que goleó al equipo de las goleadas (el Logroñés suma ya 38 tantos en contra) y construyó un día de fiesta en el Villamarín. Su 5-1, firmado por Vidakovic, Pier (2) y Roberto Ríos (2), le consolida en la cuarta posición, aunque aún a ocho puntos del Madrid.

Y enseñaron también los dientes el Athletic y el Atlético en San Mamés, que vivió un partidazo, lleno de pasión, ocasiones e incertidumbre. Pantic abrió el tanteo de cabeza -fue su primer gol en Liga- y Etxeberria empató en la segunda parte. Entre medias hubo de todo: fútbol de ida y vuelta, acciones feas (Simeone, por ejemplo, le clavó un taco a Guerrero en la pierna), decisiones polémicas (Bejbl fue objeto de penalti), intervenciones milagrosas de los porteros, ataques permanentes... El partido continuó luego en los vestuarios: Radomir Antic, el entrenador del Atlético, se dirigió al árbitro, Barrenechea Montero, para protestarle airadamente, y Luis Fernández, el técnico del Athletic, enseñó pañuelos en su conferencia de prensa a la voz de "son de Antic para que llore". El resultado final perjudica a los dos, que se alejan dos puntos de la cabeza, pero futbolísticamente ambos conjuntos salieron reforzados del choque.

Por abajo, el campeonato hierve. Se anuncian problemas en Asturias por partida doble. Los sufre el Sporting de Gijón, que perdió en Vigo ante el Celta (2-1) después de adelantarse en el marcador gracias a Bango (probablemente la recompensa a la sesión de 25.000 tiros a puerta con la que Benito Floro castigó a los suyos durante los entrenamientos). Y los padece el Oviedo, que vio como el Tenerife le pasó por encima en el Tartiere (1-3). El público reaccionó con pañuelos y pitos contra Lillo.

Y el Zaragoza volvió a perder y además con contundencia (3-0 en Sarriá). Su alegría por la victoria del domingo pasado ante el Oviedo, la primera en 13 jornadas, duró poco. PÁGINAS 40 A 47

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