De la Rosa rechazó que Fiter avalara su deuda con Tibidabo con unos inmuebles

El actual consejo de administración de Grand Tibidabo no termina de recibir sorpresas. Un requerimiento por impuestos no pagados a la Generalitat les ha permitido saber que pudieron haber reducido en 1.580 millones de pesetas sus pérdidas pero que Javier de la Rosa y su director general Juan Cruells "se olvidaron" de hacer suyos unos edificios adquiridos a Urbas. La titularidad de estos inmuebles era desconocidos para Grand Tibidabo y nunca figuraron inscritos a su nombre, según fuentes de la compañía.La primera noticia de esta propiedad que tuvo Tibidabo fue un escrito de la Generalitat que r...

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El actual consejo de administración de Grand Tibidabo no termina de recibir sorpresas. Un requerimiento por impuestos no pagados a la Generalitat les ha permitido saber que pudieron haber reducido en 1.580 millones de pesetas sus pérdidas pero que Javier de la Rosa y su director general Juan Cruells "se olvidaron" de hacer suyos unos edificios adquiridos a Urbas. La titularidad de estos inmuebles era desconocidos para Grand Tibidabo y nunca figuraron inscritos a su nombre, según fuentes de la compañía.La primera noticia de esta propiedad que tuvo Tibidabo fue un escrito de la Generalitat que reclamaba el 6% de impuesto de transmisiones patrimoniales por el valor de la compra (1.385 millones). Es decir, que debían 83 millones de impuestos de unos edificios que supuestamente eran suyos pero. que jamás vieron. El primero de ellos era un edificio situado en la calle Provenza 249-251 valorado en 935 millones. El segundo, sito en la calle Pere IV 313-319, se valoró en 450 millones.

Grand Tibidabo era acreedor de 847 millones de pagarés de la inmobiliaria Urbas, controlada por Ramón Fiter. Para resolver esta deuda las dos compañías acordaron que los pagarés se cancelarían con las transferencia a Tibidabo de dos inmuebles barceloneses de Urbas. La escritura de la compra, del 17 de julio de 1992, refleja que además Tibidabo se subrogaría en un crédito hipotecario de Bansabadell Credinat. También se le concedía a Fiter hasta el 30 de septiembre de 1992 para poder pagar la deuda lo que anularía la compraventa. Fiter consiguió del consejo de Tibidabo con De la Rosa al frente que se le ampliara el plazo al 15 de Noviembre de 1992. Tampoco en esa ocasión pagó.

El 29 de diciembre de 1992 Fiter y Juan Cruells firman un acuerdo por el que Grand Tibidabo sustituye los pagarés impagados de Urbas por unos nuevos -por valor de 1.586 millonesde Fitinvest, sociedad patrimonial de Fiter, con la posibilidad de satisfacerlos con acciones de Corporación Alimentrai Ibérica (CAI) que quebraría después. Desdeentonces, Tibidabo mantiene estos "papelitos" en el cajón de sus multimillonarias deudas.

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