Liaño deja libre al teniente Bárez, pero le cita para mañana

El guardia firmará en el juzgado cada día

El teniente de la Guardia Civil Lorenzo Bárez, detenido el jueves en Guatemala por orden del juez Javier Gómez de Liaño en relación con el secuestro y agresión a un testigo protegido del caso Lasa-Zabala, quedó ayer en libertad provisional sin fianza. El juez atendió así la petición del fiscal, Jesús Santos, aunque impuso al oficial la obligación de comparecer cada día en el juzgado y le prohibió abandonar España. Bárez negó cualquier relación con el apaleamiento y violación, pero ha sido citado a declarar de nuevo mañana.

También para mañana está citado el comandante del Cesid destinad...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El teniente de la Guardia Civil Lorenzo Bárez, detenido el jueves en Guatemala por orden del juez Javier Gómez de Liaño en relación con el secuestro y agresión a un testigo protegido del caso Lasa-Zabala, quedó ayer en libertad provisional sin fianza. El juez atendió así la petición del fiscal, Jesús Santos, aunque impuso al oficial la obligación de comparecer cada día en el juzgado y le prohibió abandonar España. Bárez negó cualquier relación con el apaleamiento y violación, pero ha sido citado a declarar de nuevo mañana.

También para mañana está citado el comandante del Cesid destinado en la Embajada española en Guatemala, en la que Bárez es coordinador de seguridad. El juez, a pesar de las declaraciones del teniente, mantiene la imputación por presunto delito de obstrucción a la justicia en concurso con los de secuestro, torturas, lesiones y agresión sexual.El teniente declaró durante cuatro horas asistido de abogado de oficio, puesto que el juez había ordenado su incomunicación. Tras el interrogatorio, levantó la medida.

La agresión se produjo dos días después de que el testigo hubiera mantenido un careo con Bárez en el juzgado, a propósito de diversas implicaciones en el sumario Lasa-Zabala, sobre el secuestro y asesinato en 1983 de dos presuntos miembros de ETA. El testigo protegido sostiene que Bárez le había contado que la muerte de Lasa y Zabala fue cosa de guardias civiles de Intxaurrondo (San Sebastián), donde estuvo destinado.

Este testigo, cabo primero de la Armada en la reserva transitoria, tuvo que salir de Guatemala el 20 de agosto pasado tras la denuncia del empresario Rafael Ramos Alavedra, quien le acusa de extorsionarle con la amenaza de secuestrar a su hija. El caso está en manos de la fiscalía guatemalteca. Páginas 15 y 16

Archivado En