Al son de 'Macarena'

El actual presidente del Gobierno regional de Madeira, Alberto Joao Jardim, madeirense de 53 años, es sin ninguna duda uno de los personajes más singulares y polémicos de la fauna política portuguesa. Populista y déspota para sus adversarios pero indiscutible líder de los socialdemócratas en Madeira Jardim ha ganado todas las elecciones regionales que ha disputado desde 1978, siempre con mayoría absoluta.

Su próxima cita con las urnas le proporcionará un nuevo triunfo a pesar de su controvertida gestión al frente de los des tinos de la isla.. El último sondeo publicado por el...

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El actual presidente del Gobierno regional de Madeira, Alberto Joao Jardim, madeirense de 53 años, es sin ninguna duda uno de los personajes más singulares y polémicos de la fauna política portuguesa. Populista y déspota para sus adversarios pero indiscutible líder de los socialdemócratas en Madeira Jardim ha ganado todas las elecciones regionales que ha disputado desde 1978, siempre con mayoría absoluta.

Su próxima cita con las urnas le proporcionará un nuevo triunfo a pesar de su controvertida gestión al frente de los des tinos de la isla.. El último sondeo publicado por el semanario Expresso le daba la mayoría absoluta con un 49% de los votos frente al 26% de los socialistas.

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La popularidad de Jardim en Madeira es absolutamente incuestionable. Hasta el punto de que llegó a. amenazar a los dirigentes del PSD con fundar otro partido en la isla si no apoyaban sus tesis sobre política autonómica.

Su campaña electoral y sus mítines son un espectáculo continuo. Canta, baila, grita y lanza sus mensajes electorales entre los acordes musicales de "Paz, pan y libertad". Micrófono en mano, sube al estrado cual estrella de rock. Agita a la masas contra "los comunistas los fascistas y los poderes de continente". Desciende el tono entra una suave música de piano como fondo y Jardim susurra, conmovedor: "Perdónenme por los errores que cometí. Yo también soy de carne y hueso, como vosotros".

Unos instantes de silencio y vuelve el espectáculo. ¡Oh Dios!, suenan los acordes de Macarena. El presidente canta y baila la universal pieza de Lo del Río. No se puede describi esa versión. Y acaba con La bamba, gritando como los mariachis. Todo un show.

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