Getafe se muda al nuevo Ayuntamiento con dos años de retraso

La última quincena ha sido ajetreada para los empleados municipales de Getafe (144.600 habitantes), que han efectuado a velocidad de vértigo la mudanza desde la que ha sido casa consistorial durante los últimos cuatro años (en la calle de Ramón y Cajal) al nuevo Ayuntamiento, sito donde estuvo siempre en la plaza de la Constitución. El nuevo edificio, que ha costado 1.650 millones, ha tardado en construirse cuatro años, el doble de lo previsto.

El trajín de cajas -planta por planta, para no bloquear la gestión municipal- ha sido extenuante en los últimos días, pero todo indica que el fl...

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La última quincena ha sido ajetreada para los empleados municipales de Getafe (144.600 habitantes), que han efectuado a velocidad de vértigo la mudanza desde la que ha sido casa consistorial durante los últimos cuatro años (en la calle de Ramón y Cajal) al nuevo Ayuntamiento, sito donde estuvo siempre en la plaza de la Constitución. El nuevo edificio, que ha costado 1.650 millones, ha tardado en construirse cuatro años, el doble de lo previsto.

El trajín de cajas -planta por planta, para no bloquear la gestión municipal- ha sido extenuante en los últimos días, pero todo indica que el flamante edificio podrá ser inaugurado con todos los honores antes de fin de año. Veinte operarios de mudanzas, con cuatro camiones trasladando a toda velocidad 4.000 metros cúbicos de papeles, muebles, ordenadores y todo el archivo municipal, lo habrán hecho posible.Fue en septiembre de 1992 cuando el alcalde de Getafe, Pedro Castro, anunció el traslado de las dependencias consistoriales a la antigua fábrica de harinas de Ramón y Cajal. Un informe geotécnico de la empresa Geyce le había convencido: el viejo y angosto Ayuntamiento, edificado a finales de los cincuenta y ya remodelado en 1972, estaba mal cimentado y podía venirse abajo de un momento a otro. "Seré, como el capitán, el último que abandone el barco", anunció entonces el regidor. No lo cumplió: en noviembre fue de los primeros en estrenar despacho.

Las obras del nuevo edificio se han prolongado cerca de cuatro años, justo el doble de lo previsto. A muchos getafenses les saldría a relucir una sonrisa irónica si volvieran a escuchar el pomposo anuncio de enero de 1994 del entonces concejal de Urbanismo, Jesús Neira: "El Ayuntamiento avanza a tan buen ritmo que podremos estrenarlo con motivo de la próxima cabalgata de Reyes".

La farmacia derribada

La factura a la constructora FOCSA asciende a 1.650 millones, a los que cabe añadir la indemnización a los propietarios de la farmacia de la plaza, erigida en los años veinte y demolida sin mayores contemplaciones en junio de 1994 pese a figurar en el catálogo municipal de bienes a conservar.Pero el esfuerzo económico tiene compensaciones muy ansiadas; sobre todo, la unificación de dependencias bajo un mismo techo. Hasta ahora, y ante la carencia de espacio, Personal y Tráfico estaban desterrados en la calle de Toledo, y los Servicios Fiscales, frente al Ayuntamiento provisional. Claro que, mientras no se culmine la mudanza, el remedio es peor que la enfermedad: numerosos vecinos recorren estos días, desconcertados, el trayecto de Ramón y Cajal a la plaza sin saber muy bien dónde encontrarán al funcionario de turno. El jefe de la Policía Local, Gabriel López, comenta: "A nosotros nos llaman cinco o diez vecinos al día para preguntarnos por tal o cual departamento".

Las instalaciones, de mómento, reciben todo tipo de halagos entre sus moradores. Incluso * el portavoz del PP, José Luis Moreno, reconoce: "Están fenomenal, un pueblo como Getafe merece algo así". Lo que no tiene nada que ver con los que declaraba en 1993 el en tonces portavoz de los populares, Juan Tomás Esteo: "Esto es una obra faraónica con la que Pedro Castro pretende perpetuar su figura en la localidad", protestaba.

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