Tribuna:VUELTA 96

No se acaba la Vuelta

ç Por lo menos, el tiempo nos ha respetado bastante. Temíamos a la lluvia -por ejemplo, imagínense haber bajado el interminable Pajares con lluvia, lo peligroso que habría sido-, pero la hemos estado esquivando toda la etapa. Lo que no hemos podido eludir es el ritmo fuerte que no nos abandona toda la Vuelta.Aquí no, hay tregua, todas las etapas se corren a un ritmo tremendo. El del Naranco era un día en que un principio esperábamos andar algo más tranquilos porque no en balde comenzaba la montaña, pero qué va, desde el principio, todos nerviosos. Con el viento soplando de costado, de Benavent...

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ç Por lo menos, el tiempo nos ha respetado bastante. Temíamos a la lluvia -por ejemplo, imagínense haber bajado el interminable Pajares con lluvia, lo peligroso que habría sido-, pero la hemos estado esquivando toda la etapa. Lo que no hemos podido eludir es el ritmo fuerte que no nos abandona toda la Vuelta.Aquí no, hay tregua, todas las etapas se corren a un ritmo tremendo. El del Naranco era un día en que un principio esperábamos andar algo más tranquilos porque no en balde comenzaba la montaña, pero qué va, desde el principio, todos nerviosos. Con el viento soplando de costado, de Benavente a León, hemos volado con los abanicos. La gente estaba,muy nerviosa y poco antes de León, tras la primera meta volante, han intentado hacer un abanico importante los de la ONCE, y la verdad es que lo han, hecho, pero como faltaba gente importante por detrás han hecho varios equipos la persecución y se les ha cazado enseguida por las calles de León. Pero eso indicaba que se estaba poniendo complicada la etapa: empezaban las demostraciones a que nos tiene acostumbrada la ONCE y nos pusimos nerviosos. Al final, no se salieron con la suya. Entre otras cosas porque allí estaba Miguel, entre ellos sin ningún tipo de problema, con Orlando. Eso era una garantía para nosotros: a Miguel Induráin es muy difícil echarle de un abanico: tiene mucha potencia.

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Ya en Asturias, desde el Padrún, la ONCE controló bien. Los cuatro fugados no eran peligrosos y les dejaron coger ventaja. Ellos, por detrás, han controlado bien, con Zarrabeitia sobre todo -muy buen trabajo- y con Cuesta, Mauri y Stephens.

Lo del Naranco ha sido ya una lucha entre los grandes. Miguel tuvo la mala suerte de sufrir un problema con los piñones -se le saltaba la cadena de corona en corona- y en las rampas más duras no ha podido forzar. Ha cedido un minuto, un tiempo importante, pero ahí nos quedan por delante más etapas de montaña. Y lo que un día les pasa a unos, otro les pasa a otros. Hemos visto, por ejemplo, a un corredor como Mauri, que no ha tenido el día bueno. Desde el principio le teníamos señalado como un corredor muy peligroso, le veíamos concentrado y motivado, y también le hemos visto fallar. Pero no cabe ninguna duda de que hemos empezado otra Vuelta.

Yo soy optimista porque siempre he visto a Miguel atento y delante. Son detalles que quieren decir muchas cosas: está centrado y quiere ganar. En el Naranco ha tenido la mala suerte del problema mecánico, pero no se acaba la Vuelta ahí.

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