Ballart: "Dios no podía castigarnos dos veces"

Dani Ballart lo tuvo claro. No podía vivir otra vez la misma pesadilla. El oro no se podía volver a escapar. "Vi muy claro que íbamos a ganar, que esta vez era la nuestra, que era la revancha de Barcelona 92. Dios no podía castigamos dos veces. Era imposible, inhumano". Y no se equivocó. El público del Aquatic Center se rindió en aplausos ante los jugadores españoles mientras daban saltos en el agua, se abrazaban y se besaban. Varios técnicos se dieron vestidos el tradicional chapuzón. El delirio estaba más que nunca justificado: La derrota ante Italia en la final de Barcelona fue especialment...

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Dani Ballart lo tuvo claro. No podía vivir otra vez la misma pesadilla. El oro no se podía volver a escapar. "Vi muy claro que íbamos a ganar, que esta vez era la nuestra, que era la revancha de Barcelona 92. Dios no podía castigamos dos veces. Era imposible, inhumano". Y no se equivocó. El público del Aquatic Center se rindió en aplausos ante los jugadores españoles mientras daban saltos en el agua, se abrazaban y se besaban. Varios técnicos se dieron vestidos el tradicional chapuzón. El delirio estaba más que nunca justificado: La derrota ante Italia en la final de Barcelona fue especialmente cruel. Atlanta les ha vengado.Esta vez las lágrimas no fueron de tristeza. Jordi Sans, que tanto ha añorado a su hijo Jordi de nueve meses durante la concentración no pudo por menos que sacar una pequeña pancarta, que decía: "l love you, son (te quiero, hijo)". "Lo he puesto en inglés para que lo entiendan los americanos", aclaró luego.

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Tras oír el himno español, el equipo dio la vuelta a la piscina mientras lanzaban las flores a los espectadores. Uno de los ramos, el de Jesús Rollán, el portero, acabó en manos de la infanta Cristina. La Infanta puso en contacto telefónico a su padre, el rey Juan Carlos, quien habló con Estiarte para transmitirle la felicitación al equipo por el éxito. Decenas de españoles estaban en la piscina, entre ellos Arancha Sánchez y Tomás Carbonell.

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