Tribuna:

Visceral

Los inversores de medio mundo hicieron gala ayer de un comportamiento totalmente visceral y, por tanto, ajeno a cualquier razonamiento. La caída de Wall Street en la sesión del lunes y la posibilidad de que repitiera la jugada provocaron numerosas ventas en Europa y dejaron de lado cualquier valoración sobre tipos de interés, recuperación económica o convergencia, para pasar a una especie de sálvese quien pueda. En el caso de la Bolsa española, la ausencia de dinero de los inversores finales forzó a las instituciones a aportar liquidez, lo que elevó el volumen hasta los 66.700 millones de pese...

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Los inversores de medio mundo hicieron gala ayer de un comportamiento totalmente visceral y, por tanto, ajeno a cualquier razonamiento. La caída de Wall Street en la sesión del lunes y la posibilidad de que repitiera la jugada provocaron numerosas ventas en Europa y dejaron de lado cualquier valoración sobre tipos de interés, recuperación económica o convergencia, para pasar a una especie de sálvese quien pueda. En el caso de la Bolsa española, la ausencia de dinero de los inversores finales forzó a las instituciones a aportar liquidez, lo que elevó el volumen hasta los 66.700 millones de pesetas -de los que 15.000 millones procedían de aplicaciones- y evitó males mayores.El índice de la Bolsa de Madrid llegó a perder 7,72 puntos, un 2,15% en las primeras horas, cuando la ausencia de contrapartida era manifiesta y el mercado de deuda registraba fuertes caídas en los precios. La entrada de fondos aligeró en parte las pensiones hasta llegar a la apertura al alza en Wall Street. Minutos después el Dow Jones se desplomaba y al cierre el índice madrileño perdía un 1,56%. El Ibex 35 bajó un 1,76%.

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