Reportaje:

CARA Y CRUZ DEL PULMÓN DE LA CAPITAL

Familias de merienda, ciclistas saltarines, jubilados deportistas: la cara amable. Prostitutas a pie de asfalto, yonquis que tiran la jeringuilla sin reparar dónde, profusión de condones en los aparcamientos: la faz oscura. La Casa de Campo, el mayor parque de Madrid, tiene todos los rostros de la ciudad... y algún problema más como espacio forestal. El Ayuntamiento ha decidido atajar los males ecológicos: hasta final de año gastará 314 millones de pesetas en repoblar árboles, animales y paliar la erosión en las 1.200 hectáreas de uso público del parque. Los males sociales quedan fuera del pro...

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Familias de merienda, ciclistas saltarines, jubilados deportistas: la cara amable. Prostitutas a pie de asfalto, yonquis que tiran la jeringuilla sin reparar dónde, profusión de condones en los aparcamientos: la faz oscura. La Casa de Campo, el mayor parque de Madrid, tiene todos los rostros de la ciudad... y algún problema más como espacio forestal. El Ayuntamiento ha decidido atajar los males ecológicos: hasta final de año gastará 314 millones de pesetas en repoblar árboles, animales y paliar la erosión en las 1.200 hectáreas de uso público del parque. Los males sociales quedan fuera del programa, financiado al 80% por fondos de la Unión Europea (UE). En un día punta visitan el parque 150.000 personas.

La Casa de Campo gana 90,000 árboles

De la mano del mes de julio llegan las tareas de mejora a la Casa de Campo. "Durarán hasta final de año, por lo menos", augura él jefe de Parques y Jardines del Ayuntamiento, Santiago Romero. Y se prolongarán en 1997 si, como esta vez, Bruselas accede a poner ocho de cada diez pesetas de la segunda fase de los trabajos, presupuestados en 700 millones de pesetas.Reforestar el parque y evitar la degradación del suelo, las grandes metas. "El objetivo es conservar mejorando, y viceversa", señala el autor del proyecto de actuaciones, el técnico municipal José Luis Fernández.

Las tareas se han adjudicado a las empresas Cespa y Acsa, que rebajaron el presupuesto inicial de 505 millones de pesetas a 314. Desde 1991, el Ayuntamiento ha dedicado una media de 250 millones anuales a las contratas de conservación del parque, que se come casi un tercio del presupuesto municipal para el cuidado de los jardines públicos (750 millones este año).

Las "mejoras vegetales" se llevan casi la mitad de los 314 millones de la adjudicación, explica Fernández. Se plantaran 90.000 árboles y 130.000 arbustos. Las nuevas herbáceas cubrirán 113.000 metros cuadrados.

Para la repoblación forestal se han elegido especies autóctonas: 40.615 encinas, 3.208 robles, casi 11.000 alcornoques, unos 6.000 enebros, 3.175 madroños, 3.200 pinos, 51.000 sauces, un millar de olmos y otro de sauces. También habrá más chopos, plátanos o fresnos. Los frutales silvestres servirán de atractivo a los animales.

Será una repoblación masiva y repartida por todo el recinto, con especial énfasis en las zonas más degradadas, como el entorno del lago. Al ritmo de reposición actual, 5.000 árboles al año, se tardarían 18 años en colocar los 90.000 plantones comprometidos. El parque tiene ahora 635.573 árboles y los pinos ganan la partida a las encinas (466.451 frente a 67.133).

Los nuevos ejemplares, de un metro de alto aproximadamente, llegarán a finales de otoño a este parque histórico de dimensión engañosa: 1.721 hectáreas en total, de las que hay que restar, unas 500, dedicadas a diversas, concesiones, como el Club de Campo o el zoo.

Más árboles. Más animales también. Aunque los cazadores furtivos siguen siendo un problema, 250 perdices, 56 patos y 1.200 peces volverán a la Casa de Campo, donde se quiere recuperar la presencia de las cigüeñas.

Ranas y nidos

La mejora incluye la suelta de 350 renacuajos, el control periódico del millar de ardillas que vive en el parque y la instalación de comederos y cajas nido. También se invertirá en sanear fuentes, manantiales y mejorar los arroyos Meaques y Antequina cuyas riberas quedarán reforestadas. Se harán varias charcas, un itinerario botánico y un mirador de interpretación del paisaje.La aparcamientos -20- no quedarán al margen. Está previsto recortar el espacio de los coches en la mayoría, y colocar en su lugar más mesas de merienda.Las obras alcanzarán a los caminos más compactados. El trasiego de personas y bicicletas provoca la impermeabilización del terreno, que abre las puertas a la erosión.

15 limpiadores los fines de semana

En la veintena de aparcamientos está la pesadilla de los cuidadores de la Casa de Campo. En días laborables trabajan en la conservación 113 empleados municipales y 35 personas rescatadas de la marginación. Los fines de semana, cuando la afluencia es mayor, la limpieza de las 1.200 hectáreas recae en los 15 trabajadores de una contrata. No hay dinero para más.No es sólo cuestión de bolsas o papeles., "Limpiamos los aparcamientos a diario, pero al día siguiente parece que ay una bandada de alomas, tal es el número de preservativos que aparecen tirados", explica uno de los responsables del parque, Esteban Sánchez. Los limpiadores disponen de una sola máquina con tubo aspirador, un cochecillo al que han bautizado como el elefante. Pero el bicho no llega a todas partes: a veces hay que recoger las jeringuillas con guantes.La Casa de Campo es un refugio de parejas en busca de intimidad. Han proliferado las zonas de contacto de homosexuales. Y la prostitución (travestidos incluidos) campa por sus respetos, con áreas delimitadas según el color de piel.

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