Cartas al director

La fiesta aniversario

Soy hija de la democracia, estudiante de periodismo y tan inocente que aún creo en los demócratas y en la libertad de expresión. Me considero de izquierdas, de la izquierda de la solidaridad y el compromiso, de la justicia y la igualdad, y el viernes 14 acudí con mis ideales al concierto conmemorativo de los 20 años de EL PAÍS, el periódico de la democracia y la libertad, que para mi asombro resultó no ser libre, ni democrático, ni concierto. Pagué una entrada para acudir a la divulgación del manifiesto socialista en forma de titulares y consignas, de pantomimas ridículas e imágenes-tip...

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Soy hija de la democracia, estudiante de periodismo y tan inocente que aún creo en los demócratas y en la libertad de expresión. Me considero de izquierdas, de la izquierda de la solidaridad y el compromiso, de la justicia y la igualdad, y el viernes 14 acudí con mis ideales al concierto conmemorativo de los 20 años de EL PAÍS, el periódico de la democracia y la libertad, que para mi asombro resultó no ser libre, ni democrático, ni concierto. Pagué una entrada para acudir a la divulgación del manifiesto socialista en forma de titulares y consignas, de pantomimas ridículas e imágenes-tipo, inteligentemente escogidas para lograr el efecto deseado, que intentaban ilustrar 20 años, un periodo tan largo y complejo que no creo que se pueda saldar con una ovación y un aplauso.Y yo, que me sigo considerando libre, salí de Las Ventas per-

seguida por el olor a manipulación que allí se respiraba aquella noche; y aunque no voy a cambiar de bando por algo tan superficial, ha crecido mi desilusión ante la idea del periodismo libre, objetivo e imparcial, y mi desconfianza en un periódico que ha coronado la manifestación de suya conocida tendencia política con un acto basado en el recuerdo de un pasado falsamente idealizado, vendido con el reclamo de la actuación de unos artistas hábilmente escogidos por sus simpatías políticas. Así ha fun ionado nuestra democracia. .

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