LA LUCHA POR EL KREMLIN

CIinton felicita "al pueblo ruso y a sus dirigentes" por la votación del domingo

Estados Unidos no ocultó ayer su alivio y satisfacción por el resultado de las elecciones en Rusia. El presidente Bill Clinton, que siguió atentamente la jornada electoral desde la residencia de Camp David, felicitó ayer "al pueblo ruso y a sus dirigentes" y expresó su esperanza de que "los rusos sigan respaldando la democracia y las reformas". Por si hubiera que despejar dudas sobre sus preferencias, Clinton añadió que tenía una felicitación especial para Borís Yeltsin, "no sólo por el fuerte apoyo que ha recibido, sino también por su defensa de la constitución y del proceso electoral".
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Estados Unidos no ocultó ayer su alivio y satisfacción por el resultado de las elecciones en Rusia. El presidente Bill Clinton, que siguió atentamente la jornada electoral desde la residencia de Camp David, felicitó ayer "al pueblo ruso y a sus dirigentes" y expresó su esperanza de que "los rusos sigan respaldando la democracia y las reformas". Por si hubiera que despejar dudas sobre sus preferencias, Clinton añadió que tenía una felicitación especial para Borís Yeltsin, "no sólo por el fuerte apoyo que ha recibido, sino también por su defensa de la constitución y del proceso electoral".

Mike McCurry, portavoz de la Casa Blanca, consideró las elecciones como "un hito para la democracia rusa". El Gobierno norteamericano, señaló el portavoz de la Casa Blanca, esperaba el desenlace que ha habido y la necesidad de una segunda vuelta, y está satisfecho, además, de que "no haya habido ninguna denuncia importante de irregularidades", un asunto que era motivo de seria preocupación.Todas las reacciones estuvieron teñidas por la prudencia ante la segunda vuelta. Thomas Pickering, embajador de Estados Unidos en Moscú, reiteró a la cadena de televisión ABC que el resultado no constituye ninguna sorpresa, pero no quiso arriesgar un pronóstico definitivo: "El estrecho margen que Yeltsin ha obtenido es el que pensábamos que iba a conseguir, pero, obviamente, habrá que esperar a ver qué pasa en la segunda vuelta".

A pesar de las afirmaciones de neutralidad, la Administración norteamericana ha apostado inequívocamente por Borís Yeltsin. Antes de que cerraran las urnas, Strobe Talbott, número dos del Departamento de Estado, afirmaba en la misma cadena de televisión que EE UU no respaldará la concesión de préstamos de instituciones financieras internacionales a Rusia "a no ser que la política económica rusa siga avanzando hacia las privatizaciones". Para Talbott, la doble preocupación suscitada por el comunista Guennadi Ziugánov reside en sus objetivos de "dar marcha atrás al reloj de las privatizaciones" y de reconstruir el viejo imperio soviético.

En cuanto a las próximas alianzas, la sensación más extendida en Washington es la de que Yeltsin buscará acuerdos con las fuerzas liberales representadas por Grigori Yavlinski y con el general Alexandr Lébed. "Desde luego que Lébed ha sido crítico con Borís Yeltsin, pero todavía lo es más con los comunistas", justificó en la CNN Bob Strauss, ex embajador norteamericano en Moscú.

El secretario de Defensa, William Perry, declaró el domingo que las relaciones militares entre EE UU y Rusia no deberían correr ningún riesgo, independientemente del resultado de las elecciones, en tres aspectos básicos: las nuevas relaciones con la OTAN, la reducción de armas y el control de transferencias de tecnología nuclear a terceros países.

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