Acuerdo militar en espera de un marco político

Los negociadores rusos y chechenos alcanzaron anoche un acuerdo militar. "En la formulación de la cuestión de la retirada [rusa] y la desmilitarizarización hemos alcanzado un acuerdo", aseguró MovIadi Udugov, jefe de información de los rebeldes chechenos. A pesar de ello, queda lo más importante por decidir: el marco político de la república norcaucásica. Udugov recuerda que el asunto de las elecciones es lo más complicado que resta. "Éste es el punto más delicado. Y puede anular todos los demás acuerdos", advierte el responsable checheno.Bajo el nuevo acuerdo militar, las tropas rusas abandon...

Los negociadores rusos y chechenos alcanzaron anoche un acuerdo militar. "En la formulación de la cuestión de la retirada [rusa] y la desmilitarizarización hemos alcanzado un acuerdo", aseguró MovIadi Udugov, jefe de información de los rebeldes chechenos. A pesar de ello, queda lo más importante por decidir: el marco político de la república norcaucásica. Udugov recuerda que el asunto de las elecciones es lo más complicado que resta. "Éste es el punto más delicado. Y puede anular todos los demás acuerdos", advierte el responsable checheno.Bajo el nuevo acuerdo militar, las tropas rusas abandonarán Chechenia el 30 de agosto y la región será desmilitarizada en la misma fecha. No queda claro si eso significa que los rebeldes deberán entregar sus armas. El desmantelamiento de los controles militares comenzará el 1 de junio y deberá finalizar el 7 de julio, informó Udugov.

Rusia ha convocado elecciones en Chechenia para el 16 de junio, el mismo día en el que se celebran las presidenciales en toda la Federación Rusa. El objetivo es impulsar la Administración prorrusa de Doku Zavgáiev. Y ése es precisamente el punto que más fricciones puede ocasionar, como advierte Udugov.

El Gobierno prorruso checheno, que no ha recibido de buen grado las negociaciones impulsadas por Yeltsin, a las que tilda de maniobra electoral, denunció ayer la actuación en Chechenia de los observadores de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), calificando de indeseable a su jefe, Tim Guldimann. Para la OSCE , las últimas elecciones impulsadas por Moscú fueron un fraude.

En su declaración, el Gobierno prorruso acusa a Guldimann de participar "en actos no permitidos y a veces provocadores, organizados por personas que, de acuerdo con las leyes rusas, son culpables de delitos". Los guerrilleros son calificados de "bandidos" por sus enemigos.