Cartas al director

No nos aconsejen más

Con amigos como usted, señor Sotelo, Felipe González no necesita enemigos. Soy militante socialista y me estoy empezando a hartar de que insignes catedráticos, periodistas o ex dirigentes sindicales, en nombre de lo que ellos llaman democracia interna de un partido, al que por otra parte ni tan siquiera pertenecen, se permitan tildarnos de analfabetos, corruptos, ilusos, cuando no de asesinos... ¡Memorable artículo el de doña Rosa Montero! Porque ejerciendo nuestra libertad votamos lo que queremos y ponemos de cabeza de lista a quien nos da la gana. ¡Faltaría más! En cuanto al hundimiento de l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Con amigos como usted, señor Sotelo, Felipe González no necesita enemigos. Soy militante socialista y me estoy empezando a hartar de que insignes catedráticos, periodistas o ex dirigentes sindicales, en nombre de lo que ellos llaman democracia interna de un partido, al que por otra parte ni tan siquiera pertenecen, se permitan tildarnos de analfabetos, corruptos, ilusos, cuando no de asesinos... ¡Memorable artículo el de doña Rosa Montero! Porque ejerciendo nuestra libertad votamos lo que queremos y ponemos de cabeza de lista a quien nos da la gana. ¡Faltaría más! En cuanto al hundimiento de la izquierda, ¿en qué quedamos, señor Sotelo, somos de izquierdas o un simple apéndice del PRI? De ese hundimiento de la izquierda no estaría demás que mirara hacia otro caudillismo, que por otra parte tan óptimos resultados acaba de dar a don Julio Anguita, don Pablo Castellano y tantos otros que han confundido el odio visceral hacia Felipe González con una utópica y novecentista idea de la izquierda que, como usted sabe mejor que yo, nada tiene que ver con un partido de izquierda "acomodado a una situación mundial, europea y nacional".Mal asunto es para usted que hasta el señor Gozalo en su columna le llame "agudo observador de la realidad...". En fin, las filias y las fobias hacen extraños compañeros de viaje. Pero volviendo a don Felipe González, paradigma de todos los males que han acaecido a este país, ¿cómo es posible que después de tanta tropelía cometida por "tan indigno personaje", este pueblo español no haya sido capaz de destrozarlo de tal manera que no fuera a ser que una penitencia de 50 años de exilios pudieran a lo peor recuperarlo ... ? Porque, he aquí la verdadera talla política. Y don Felipe González no necesita demostrarlo. Entretanto, como dice usted, "mantengamos la calma y la cautela". Y sólo les pido un favor: ¡no nos aconsejen más!-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En