Tribuna:

Dificultades

La Bolsa continúa dejando pasar el tiempo sin tomar decisiones respecto de los últimos acontecimientos, algo que bien pudiera interpretarse como un margen de cortesía hacia el nuevo Ejecutivo, de lo que en realidad supone cierto desconcierto ante una situación que se esperaba bastante mejor. El IPC de abril dio el primer aviso y las advertencias de la Comisión Europea sobre las dificultades de España para cumplir con los objetivos de convergencia fijados en Maastricht son un toque de atención a tener en cuenta. El mercado se escuda en un trasiego de dinero totalmente interno que, para estas do...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Bolsa continúa dejando pasar el tiempo sin tomar decisiones respecto de los últimos acontecimientos, algo que bien pudiera interpretarse como un margen de cortesía hacia el nuevo Ejecutivo, de lo que en realidad supone cierto desconcierto ante una situación que se esperaba bastante mejor. El IPC de abril dio el primer aviso y las advertencias de la Comisión Europea sobre las dificultades de España para cumplir con los objetivos de convergencia fijados en Maastricht son un toque de atención a tener en cuenta. El mercado se escuda en un trasiego de dinero totalmente interno que, para estas dos últimas sesiones, no es más que un reajuste de precios.La contratación fue de 41.900 millones de pesetas efectivas, otra vez con Repsol de protagonista al negociar casi una cuarta parte del total y ceder un 2% en su precio.

Wall Street volvió a aportar inestabilidad con altibajos que rondaron los 15 puntos en las primeras horas de sesión, mientras que Londres cedía un 0,6%. El índice general de Madrid bajó un 0,03% al descontar algunas subidas el miércoles y el Ibex 35 pierde el 0,24%.

Archivado En