Fuga de almas

Terrible estampa la de Miguel Boyer, el que fue todopoderoso ministro socialista, saludando a José María Aznar, jaleando el programa de los que un día fueron sus oponentes políticos. Lo reconocía Anguita en privado. Y terrible estampa, al otro lado, la de Redondo con Anguita, negándole a su partido, el PSOE, la virtud del voto útil. "Son dos almas abandonando ese PSOE". ¿Abandonando? No. Redondo está donde debe estar. Nunca abandonará el PSOE, decía Anguita. Y no debe hacerlo. Boyer, en el fondo, tampoco lo abandona, porque nunca estuvo en el partido socialista. Va hacia donde tenía que estar....

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Terrible estampa la de Miguel Boyer, el que fue todopoderoso ministro socialista, saludando a José María Aznar, jaleando el programa de los que un día fueron sus oponentes políticos. Lo reconocía Anguita en privado. Y terrible estampa, al otro lado, la de Redondo con Anguita, negándole a su partido, el PSOE, la virtud del voto útil. "Son dos almas abandonando ese PSOE". ¿Abandonando? No. Redondo está donde debe estar. Nunca abandonará el PSOE, decía Anguita. Y no debe hacerlo. Boyer, en el fondo, tampoco lo abandona, porque nunca estuvo en el partido socialista. Va hacia donde tenía que estar. "Los ríos, siempre, siempre", reflexionaba Anguita, "vuelven siempre a sus cauces. Boyer está donde tenía que estar desde la noche de los tiempos". Son las contradicciones del PSOE. "¿Quién puede concebir un partido con dos personas así? Es la contradicción. Redondo y Boyer son la contradicción de un partido al que González ha llevado la confusión".

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