Cartas al director

Todos iguales

Como español de a pie, pienso que ninguno estamos por encima de la ley, que la ley afecta tanto a políticos, sean del nivel que sean, como jueces y ciudadanos en general, en igual forma y de igual manera. Por eso surge en mí un verdadero estupor cuando, en base a unas declaraciones en la prensa, se inicia un expediente a un juez por desvelar secretos sumariales, y ese estupor viene originado porque en el desayuno y en el almuerzo todos los días me estoy enterando de lo que acontece en un sumario secreto. El informe del fiscal me llega a mí antes que al inculpado, las actuaciones judiciales son...

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Como español de a pie, pienso que ninguno estamos por encima de la ley, que la ley afecta tanto a políticos, sean del nivel que sean, como jueces y ciudadanos en general, en igual forma y de igual manera. Por eso surge en mí un verdadero estupor cuando, en base a unas declaraciones en la prensa, se inicia un expediente a un juez por desvelar secretos sumariales, y ese estupor viene originado porque en el desayuno y en el almuerzo todos los días me estoy enterando de lo que acontece en un sumario secreto. El informe del fiscal me llega a mí antes que al inculpado, las actuaciones judiciales son de mi total dominio simplemente por el coste de un diario nacional.Entonces, si se han hecho inculpaciones a nivel político contra un juez y éste se defiende en un medio de difusión, aclarando algunos conceptos que, quizá efectivamente, debían estar encajados en un secreto sumarial, pero que, en cambio, durante dos años por la prensa no ha tenido la satisfacción de conocer ese sumario (lo que sí que indica que se ha guardado el respeto que la justicia necesita) no me parece de recibo que a unos sí y a otros no.

Si se ha de juzgar al juez Moreiras, que se juzgue a todos por igual o que se terminen estos desagradables temas, marcando una línea de conducta que afecte a todos por igual y se archiven las actuaciones si no se les ha medido a todos por el mismo delito.

Quiero aclarar que no me lleva ningún tipo de simpatía ni de animosidad hacia nadie, independientemente de que como profesor de la Escuela Social hace algunos años tuviera la satisfacción de conocer y saludar al juez Moreiras, hombre de una gran humanidad, cordial y creo que amante de su profesión y, por tanto, de la ley.-

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