Editorial:

Rato, con Solbes

EL DEBATE entre el ministro Solbes y el aspirante Rato celebrado el martes ante las cámaras de Canal+ y del que hoy ofrecemos un amplio resumen tuvo como asuntos principales la fiscalidad y el desempleo, dos de los problemas que, según las encuestas, más preocupan a los españoles. El hecho de que se enfrentaran un ministro en activo y alguien con fuerte! posibilidades de serlo redujo el margen concedido a la demagogia: ambos sabían que sus ofertas les comprometían, personal y políticamente. Por eso resulta doblemente lamentable la ventajista decisión del PP de exigir la presencia de un tercero...

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EL DEBATE entre el ministro Solbes y el aspirante Rato celebrado el martes ante las cámaras de Canal+ y del que hoy ofrecemos un amplio resumen tuvo como asuntos principales la fiscalidad y el desempleo, dos de los problemas que, según las encuestas, más preocupan a los españoles. El hecho de que se enfrentaran un ministro en activo y alguien con fuerte! posibilidades de serlo redujo el margen concedido a la demagogia: ambos sabían que sus ofertas les comprometían, personal y políticamente. Por eso resulta doblemente lamentable la ventajista decisión del PP de exigir la presencia de un tercero, Izquierda Unida, para aceptar participar en debates televisivos con los socialistas. El desarrollo del celebrado en Canal + vino a demostrar también que no es inevitable que las divergencias políticas se traduzcan en descalificaciones arrebatadas. No es que hubiera cordialidad -los interlocutores dieron la impresión de no escucharse: hojeaban sus apuntes mientras el otro hablaba-, pero tampoco hubo agresividad.Según una encuesta del CIS de julio, el 62% de los españoles piensa que el Gobierno es responsable del bienestar de todos y cada uno de los ciudadanos, pero una proporción similar, el 63%, estima que pagamos demasiados impuestos, e incluso una pequeña mayoría considera que aquí hay más presión fiscal que en los demás países europeos. Rato fue a favor de corriente al tachar al actual sistema fiscal de injusto -"pagan siempre los misrnos"-, propenso al fraude y escasamente sensible a la creación de empleo. Frente a la objeción de que rebajar los impuestos sin reducir las prestaciones sociales ni aumentar el déficit es la cuadratura del círculo, Rato argumentó que bajar los impuestos no significa necesariamente recaudar menos porque esa rebaja estimula la producción: y, por tanto, los ingresos del fisco.

Solbes dedicó buena parte de sus intervenciones a rebatir las cifras del otro, pero fue más convincente cuando argumentó que la reducción de los 18 tramos actuales del impuesto de la renta a los tres propuestos por el PP supondrá establecer unas tarifas medias en cada tramo que necesariamente perjudicarán a los sectores inferiores del mismo y beneficiarán a los superiores. Como conclusión citó la experiencia de Reagan, en Estados Unidos, que no consiguió recaudar más, como había prometido al bajar los impuestos, pero sí que los ricos pagaran menos.

De la discusión sobre el paro, lo más notable fue la insistencia de Rato en desmarcarse de cualquier tentación de abaratar el despido, su denuncia de la precarización de los contratos laborales y su defensa de la concertación social. Solbes, temeroso de verse desbordado por su izquierda, defendió, que más vale empleos precarios que paro, recordó que en 1995 se crearon 1.300 empleos al dila y aseguró que muchos empleos temporales se hacen con el tiempo indefinidos. También enumeró los acuerdos con los sindicatos logrados en los dos últimos años, entre los que no citó el de conciliación y arbitraje firmado hace unos días. También insinuó que en el futuro habrá que abordar medidas de reparto del trabajo socialmente disponible, pero no pareció especialmente entusiasmado con esa última aportación programática de Felipe González.

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