Getafe no logra acabar su teatro tras más de diez años de obras

Ningún equipamiento se le ha atragantado tanto al equipo de gobierno de Getafe (144.600 habitantes) como el teatro municipal. Transcurridos ya más de diez años desde que comenzasen las obras en una fábrica de harinas, en el centro, el edificio sigue a medio hacer. Ni siquiera está claro cuándo acabará la construcción: el concejal de Cultura, Javier Ollero, confía en poder cerrar el próximo mes de octubre esta página, pero el alcalde, Pedro Castro, tampoco ha incluido el teatro entre sus prioridades para 1996.

FERNANDO NEIRA La remodelación de la vieja fábrica de harinas era uno de los p...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ningún equipamiento se le ha atragantado tanto al equipo de gobierno de Getafe (144.600 habitantes) como el teatro municipal. Transcurridos ya más de diez años desde que comenzasen las obras en una fábrica de harinas, en el centro, el edificio sigue a medio hacer. Ni siquiera está claro cuándo acabará la construcción: el concejal de Cultura, Javier Ollero, confía en poder cerrar el próximo mes de octubre esta página, pero el alcalde, Pedro Castro, tampoco ha incluido el teatro entre sus prioridades para 1996.

FERNANDO NEIRA La remodelación de la vieja fábrica de harinas era uno de los proyectos municipales más ilusionantes a mediados de la pasada década. "Tendremos el primer gran teatro de la zona sur", proclamaba con insistrencia el propio Castro (PSOE) por aquel entonces. Ante el aludido ritmo e las obras, y como era de esperar, ya se le han adelantado: Alcorcón dispone del teatro Buero Vallejo desde 1993, pese a que lo comenzó a erigir bastante des pués que Getafe.Las obras se han paralizado en numerosas ocasiones a lo largo de la década dadas sus graves carencias presupuestarias. Por si fuera poco, el futuro teatro se utilizó durante un par de años como escuela-taller para los programas de albañilería del Instituto Nacional de Empleo (Inem). El entonces concejal de Urbanismo, Jesús Neira, argumentaba que tal decisión reportaba "beneficios sociales", pero también trajo consigo una muy notable demora adicional. Javier Ollero, edil de Cultura, cree que la próxima inauguración de estas instalaciones supondrá para Getafe un acontecimiento que trasciende la importancia de otra construcción cualquiera.

Ciertamente, la afición por el teatro ha crecido en la localidad de manera significativa, y en el reciente estreno de La boda (de los pequeños burgueses), del Teatro de la Danza, más de un millar de getafenses se quedaron en la calle sin conseguir su entrada. ¿Por qué no se ha acelerado, entonces, la finalización de tan emblemático edificio? "Bueno, las obras públicas en un municipio siempre son un problema de prioridades", se excusa Ollero. "No se puede hacer todo a la vez. ¿Que deberíamos haber pospuesto alguna otra cosa en lugar de ésta? Pues a lo mejor sí...".

Problemas en las compañía

Mientras no se disponga de la vieja fábrica de harinas, la actividad teatral seguirá focalizada en Getafe en torno al Centro Municipal de Cultura, que cuenta con un escenario de dimensiones ínfimas y aforo para apenas 250 personas. Para más inri, este centro permaneció cuatro meses cerrado al público en 1994 por Carecer de medidas de seguridad contra incendios.

Además del espectador, los otros grandes perjudicados por la dilación en el teatro municipal son las compañías radicadas en Getafe. El Teatro de la Danza, por ejemplo, lleva ya tres años trabajando en la ciudad, pero para el montaje de su exitoso La boda se encontró con algunos impedimentos tan grotescos que hasta al mismo Bertolt Brecht le habría resultado difícil concebirlos. Por faltar, faltaban hasta los enchufes, revelan discretamente fuentes de la compañía.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los preparativos de La boda tuvieron lugar en los incómodos sótanos de dos centros municipales. El espacio era muy reducido; las condiciones acústicas, patéticas. Este periódico fue testigo en el Centro Cívico de Juan de la Cierva de cómo el día del ensayo general de la obra, los actores tenían que hablar a voz en grito porque el Ayuntamiento había programado sobre sus cabezas un baile para la tercera edad.

Los textos de Brecht se trabajaron y pulieron al son de Mi casita de papel, Arriba con el tiroliro y El baile de los pajaritos. Ante tal panorama, el concejal Javier Ollero es el primero en hacer propósito de enmienda. "Ya le he dicho a la gente de esta compañía que tenga un poco de paciencia", confiesa. "En la concejalía le estamos poniendo mucha voluntad. En serio", concluye.

Archivado En