"Me gustaría seguir 21 años más"

"Me gustaría jugar 21 años más. Con esta afición se puede ir al fin del mundo". Fue la respuesta de Epi al calor con el que le agasajó el público. El jugador tuvo que superar el inmenso nudo que se le hizo en la garganta para agradecer la forma con la que la gente le vitoreó durante los actos previos al partido, aderezados con las palabras transmitidas por pantallas gigantes de vídeo de algunos de quienes marcaron su carrera deportiva: su hermano Herminio; su primer entrenador en el primer equipo, Eduardo Kucharski; sus ex compañeros Manuel Flores y Andrés Jiménez, y un jugador infantil, Gabri...

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"Me gustaría jugar 21 años más. Con esta afición se puede ir al fin del mundo". Fue la respuesta de Epi al calor con el que le agasajó el público. El jugador tuvo que superar el inmenso nudo que se le hizo en la garganta para agradecer la forma con la que la gente le vitoreó durante los actos previos al partido, aderezados con las palabras transmitidas por pantallas gigantes de vídeo de algunos de quienes marcaron su carrera deportiva: su hermano Herminio; su primer entrenador en el primer equipo, Eduardo Kucharski; sus ex compañeros Manuel Flores y Andrés Jiménez, y un jugador infantil, Gabriel Jiménez, en representación de las generaciones futuras. El público confeccionó un rompecabezas gigante con los colores azulgrana, y el momento culminante se produjo cuando la familia del jugador, su esposa, Ana, y sus hijos, Edgar y Scarlet, izaron hacia la cúpula del Palau Blaugrana la camiseta con el número 15 del jugador, la primera que retira el Barcelona en toda su historia en señal de agradecimiento y respeto a la trayectoria de Epi, y la cuarta que suprime un club español. Antes se retiraron las de Fernando Martín (Real Madrid) y Josep Pujolràs (TDK Manresa), ambos fallecidos en accidente, y la de Josep Maria Margall (Joventut) tras 20 años en el club de Badalona.Epi ya advirtió al público: "Llevo siete meses sin entrenarme, perdonad porque mi estado físico no es el más idóneo para jugar". Epi, que había jugado por última vez el pasado 22 de mayo en la final de la séptima Liga que conquistó con el Barcelona, apenas pudo intentar un par de lanzamientos en los 5m 28s que estuvo en pista y ninguno de ellos entró. "Ha sido tan duro jugar como hablar. Intenté prepararme para todo, pero ha sido increíble". "No puedo quedarme con un momento concreto de mi carrera porque he tenido muchos maravillosos como el de hoy mismo, que ha sido de una intensidad y una emoción indescriptibles. Pero creo que gran parte del mérito ha sido de esta maravillosa afición".

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