ATASCO EN LA SIERRA DE GUADARRAMA

Los proyectos incumplidos colapsan Navacerrada

La estafa política del cañón de nieve. El Gobierno socialista convenció en 1993 al PP y a IU de la conveniencia de instalar 58 cañones de nieve en Navacerrada, porque llevaban aparejados la reconversión de la sierra: aparcamientos subterráneos, nuevos remontes, flamantes hoteles, autobuses lanzadera para llegar a las pistas desde cualquier pueblo de los alrededores. En total, 17.000 millones de pesetas en promesas. PSOE, PP e IU votaron a favor. Dos años después, sólo existen los cañones de nieve y de lo demás únicamente quedan promesas incumplidas y 14 kilómetros de atasco los fines de semana...

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La estafa política del cañón de nieve. El Gobierno socialista convenció en 1993 al PP y a IU de la conveniencia de instalar 58 cañones de nieve en Navacerrada, porque llevaban aparejados la reconversión de la sierra: aparcamientos subterráneos, nuevos remontes, flamantes hoteles, autobuses lanzadera para llegar a las pistas desde cualquier pueblo de los alrededores. En total, 17.000 millones de pesetas en promesas. PSOE, PP e IU votaron a favor. Dos años después, sólo existen los cañones de nieve y de lo demás únicamente quedan promesas incumplidas y 14 kilómetros de atasco los fines de semana. El Plan de Ecodesarrono de la sierra de Guadarrama, que curiosamente fue premiado por el Consejo Europeo de Urbanistas hace unos meses, no existe.

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Ninguno de los miles de madrileños que el pasado puente de la Constitución quedaron atrapados en los 14 kilómetros, de atasco en las carreteras de acceso al puerto de Navacerrada pudo estacionar su vehículo en los cuatro prometidos aparcamientos disuasorios de los alrededores. ¿La razón? Nunca fueron construidos Tampoco ninguno pudo subir en un autobús de una línea regular desde un aparcamiento disuasorio porque estos autocares nunca fueron contratados. Ni tuvieron la oportunidad de pedir datos sobre el estado de las pistas en el Centro de Información por que jamás comenzaron las obras. Los ciudadanos atrapados sólo pudieron observar la nieve en los arcenes, bajar del coche y tirarse bolas mientras esperaban que el tráfico mejorase.

El único rastro

Horas después, cuando estos madrileños llegaron a la cima, descubrieron la misma imagen, que estas instalaciones tenían hace 20 años. Sólo había una pequeña diferencia: la Comunidad había instalado 58 cañones de nieve (en realidad, arrojan agua que a bajas temperaturas se convierte en nieve). Eran casi el único rastro visible del ambicioso Plan de Ecodesarrollo, el que iba a cambiar por completo la imagen de esta zona de Madrid.Jaime Lissavetzky, consejero de Educación y Cultura del anterior equipo de gobierno y responsable político del nunca realizado plan, lo calificó en 1993 de "proyecto que beneficiará al conjunto de la región, elevando la calidad de vida de los madrileños e incrementando sus posibilidades de ocio y de esparcimiento en un espacio natural privilegiado que es patrimonio de todos".

El plan incluía, cuando menos, enormes inversiones en 18 municipios, tres estaciones y dos espacios naturales. De hecho, el macroplán fue premiado recientemente con el Regional Category Commend, que le concedió el Consejo Europeo de Urbanistas, entidad auspiciada por la Dirección de Urbanismo de la Comisión Europea. Concurrían 400 proyectos.

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Jaime Lissavetzky comenta ahora: "Es lógico que se le concediese ese premio porque era un gran proyecto. Lo que ocurre es que tenía un desarrollo de 8 o 10 años y no dio tiempo a terminarlo. Cumplimos lo prometido, pero el PP ahora no quiere invertir lo que falta. Creo que el proyecto - ha quedado congelado. Durante nuestro mandato limpiarnos laderas, demolimos edificaciones, organizamos cursos de esquí e instalamos los cañones".

Sin embargo, desde que fue aprobado, en los presupuestos de la Comunidad sólo ha existido una partida destinada a este plan. En 1994 se invirtieron 1.000 millones para los cañones, el derribo de algunas edificiones, la mejora de dos viejos telesillas y la restauración de la capa vegetal. Incluso, y ante la escasez de fondos públicos, la empresa Deporte y Montaña pasa actualmente por graves dificultades económicas. Este año -con un presupuesto que dejó elaborado Lissavetzky- ha tenido sólo 150 millones de pesetas, con los que debe pagar a las 50 personas de su plantilla, mantener los cañones y los remontes y encargar dos estudios de impacto ambiental.

Para Navacerrada se proyectó una espectacular mejora de las comunicaciones: trenes, autobuses, carriles-bici, plazas, pasarelas, aparcamientos... En la cima se levantaría también un moderno edificio de información que se conectaba con la carretera de acceso a Navacerrada mediante una pasarela. (Así se eliminaba un discutido paso de cebra que actualmente atasca la entrada a Navacerrada). El edificio tendría delante una plazoleta, un mirador y un grupo escultórico rodeado de arbolado "para racionalizar la funcionalidad de este espacio y dotarlo de una morfología atractiva". Para albergar a los miles de vehículos que accediesen al puerto se diseñó un aparcamiento, semienterrado, de tres alturas "y cubierto con tierra vegetal". Este aparcamiento estaría conectado con "uniones peatonales que propiciarán una fácil conexión entre las pistas principales y el área de servicios complementarios".

Además, los viejos edificios de Las Dos Castillas y de la Escuela Española de Esquí serían reformados. En ellos se crearía un "centro de entrenamiento para deportistas de altura" o "una guardería".

El puerto sería rematado por una enorme plaza. Se crearía "una plazoleta peatonal con vocación de lugar de encuentro", decía este plan, que guardó también sitio para "pórticos con la configuración de espacio-plaza, creando un entorno de gran calidad con actuaciones arquitectónicas de escala controlada". "Estas actuaciones básicas se completan con otras como pavimentación, mobiliarios, iluminación, señalización, etcétera", se indicó.

Los gestores de este proyecto no tuvieron tampoco reparos en proponer más renovaciones. Para la Bola del Mundo diseñaron un innovador telesilla con capacidad para 2.400 personas/ hora que uniría Navacerrada y Valdesquí. Curiosamente, en el plan sólo se dedicaban unas pocas líneas a describir los cañones de nieve artificial (lo único efectuado), de los que no se da ningún dato técnico, a diferencia del resto de proyectos (jamás real¡zados), de los que se explican los más mínimos detalles.

Santiago Martín Barajas, portavoz de Aedenat, considera que "todo era una tapadera para construir los cañones, que tanto rechazo social provocaban". "Se empleó ese engaño". dice, "para diluir la verdadera historia: unos cañones de nieve en una sierra que no está preparada. La gente llegaría en masa atraída por los cañones, las instalaciones se quedarían pequeñas ante la avalancha y alguien diría entonces: 'Hay que reactivar el proyecto con nuevas inversiones. ¡Levantemos urbanizaciones para esta demanda social!".

Juan Carlos Blanco, actual consejero delegado de Deporte y Montaña, empresa pública que gestiona las instalaciones de Navacerrada, explicó hace unos días que "el anterior equipo comenzó por los cañones porque era lo que demandaban los comerciantes y los pueblos".

Para Valcotos, el Plan de Ecodesarrollo también tuvo su hueco: puntos de información, remodelación del entorno de la estación, restauración paisajística y aparcamientos. A Valdesquí se le concedió la mejora de los arrastres, pavimentación y hasta un aparcamiento semejante al de la estación de Chamonix (Alpes).

A los 18 pueblos de la zona, el maná de millones les permitiría crear aparcamientos subterráneos, remozar sus cascos urbanos, creación de establecimientos hosteleros, ferias locales, juegos para niños, zonas para peatones, remodelación de los Ayuntamientos, cámpings, carreteras y hasta embarcaderos.

"Nada. No se ha hecho nada", reconoce el alcalde de Cercedilla (4.750 habitantes), Enrique Espinosa, independiente. "Era un plan para ocultar los cañones de nieve. Yo estoy de acuerdo con los cañones porque dan riqueza a la zona, pero al pueblo se le engañó. Debemos ser sinceros".

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