FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

Penúltimos y sin convicción

El Getafe se hunde en casa frente a un Alavés al alza

Parece que la sentencia ya estuviera dictada. Parece, que los jugadores se resignaran a un camino en pena hacia los abismos de la tabla. Una presunta condena atenazó ayer al Getafe. Nadie la quiso recurrir. Faltó convicción, coraje, insolencia. Faltaron tantas cosas.EI Geta anda perdido. Nadie sabe quién es ni qué hacer con la pelota. El baile de alineaciones, teórico revulsivo, se toma en caos. El que sale al campo con la función de líder no sabe cuánto durará en el puesto, juega bajo presión y no se acostumbra al mando. El gregario que antaño ejerciera de líder no está a gusto con su nueva c...

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Parece que la sentencia ya estuviera dictada. Parece, que los jugadores se resignaran a un camino en pena hacia los abismos de la tabla. Una presunta condena atenazó ayer al Getafe. Nadie la quiso recurrir. Faltó convicción, coraje, insolencia. Faltaron tantas cosas.EI Geta anda perdido. Nadie sabe quién es ni qué hacer con la pelota. El baile de alineaciones, teórico revulsivo, se toma en caos. El que sale al campo con la función de líder no sabe cuánto durará en el puesto, juega bajo presión y no se acostumbra al mando. El gregario que antaño ejerciera de líder no está a gusto con su nueva condición. El gregario puro no sabe quién es el líder cuando la cosa se pone fea; Además, ¿quién es el líder en este equipo?Y no es que no haya calidad como para mantenerse en la categoría. Ni mucho menos. Pero falta espíritu de lucha, testiculina. En Segunday siendo modesto, es fundamental. Ya se sabe que Jaime y Rafita son de los que se parten el pecho. Pero los demás no llegan hasta el final. En algún punto del camino, el descreimiento contrae los músculos.Pero los males de los modestos no llegan a pares. Llegan a puñados. El Getafe tuvo que luchar sólo con diez. jugadores durante 45 minutos por una falta absurda cometida por Luis Ricardo.

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En medio de este magma de impotencia y falta de convicción, el Alavés pareció equipo de otra galaxia. Sin hacer grandes alardes, el equipo vasco ofreció soltura y buena colocación. Una vez conseguido el segundo gol, los visitantes se dejaron llevar por el relax imperante. La desidia del impotente, y la del claramente superior convirtieron, el partido en un muermo supino.

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