"Es más difícil dejar el poder que tomarlo"

Ramón Mendoza abandona la presidencia de Madrid tras diez años y nueve meses de mandato

Primero pidió disculpas. "Por cuestiones anímicas y de precisión, voy a leer unas cuartillas y a ponerme las gafas de leer?" Entonces sacó de su bolsillo derecho, unas gafas de concha redondas y unos folios arrugados. Lo llamó su "testamento". Eran sus últimas voluntades". El mensaje final de Ramón Mendoza, que fue el oficiante del que calificó su "funeral deportivo". No fue en la sala de trofeos, sino en otra sala menor, la que utiliza Valdano para dar sus conferencias de prensa. Sólo contó con la compañía de su fiel vicepresidente Nemesio Fernández Cuesta, que, como él, también décía adiós. ...

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Primero pidió disculpas. "Por cuestiones anímicas y de precisión, voy a leer unas cuartillas y a ponerme las gafas de leer?" Entonces sacó de su bolsillo derecho, unas gafas de concha redondas y unos folios arrugados. Lo llamó su "testamento". Eran sus últimas voluntades". El mensaje final de Ramón Mendoza, que fue el oficiante del que calificó su "funeral deportivo". No fue en la sala de trofeos, sino en otra sala menor, la que utiliza Valdano para dar sus conferencias de prensa. Sólo contó con la compañía de su fiel vicepresidente Nemesio Fernández Cuesta, que, como él, también décía adiós. Al fondo, una Copa de la Liga, otra del Rey y el trofeo de la Liga Europea ganado el año pasado por el equipo de baloncesto. Al tiempo que Mendoza se despedía, un piso mas arriba, Lorenzo Sánz era, elegido nuevo presidente del Real Madrid."A partir de ahora soy el socio 772", anunció. Luego apareció el Mendoza más emotivo: el de los recuerdos. Tuvo palabras para Jeanine, su mujer, para sus hijos, para Raimundo Saporta y para los que ya no están: "Mariano Jaquotot, Joaquín Tena, Alejandro Bermúdez, Fernando Martín y Petrovic". Más tarde recordó a sus colegas y pidió solidaridad para ellos, con mención especial para Jesús Gil: "Nuestra relación comenzó con balas y ahora termina con balas de profunda amistad".

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Los folios escritos a mano durante la última noche, en la que penas pudo dormir, no incluían algunos pequeños secretos. Por ejemplo, que Butragueño le llamó a las tres de la madrugada desde México y, que Michel también se acordó de él. "Dejo en el club 26 títulbs oficiales en diez años y nueve meses, que se cumplen mañana precisamente, pero no dejo herederos.. Mis últimas voluntades son para los socios del Real Madrid". Así revelaba lo que quiere para el Madrid.

Pequeños tiburones

Cuando la emoción le embargaba cogía su cajetilla de tabaco y encendía un cigarro. Hasta cinco en media hora se contabilizaron. "Me voy harto de tanto acoso de pequeños tiburones y de deslealtades precipitadas". Pero, eso si, afirmó que la decisión la había tomado él: "A mí no me echa nadie. Con un solo ojo mío, aquí no se mueve nadie. ¿Brutos? Aquí no ha habido Brutos, sí precipitación. He intentado pacificar al Madrid, pero es como arar en el mar"Mendoza evitó hablar de Lorenzo Sanz, su sucesor, pero muchos de los mensajes sin nombre y apellido estaban destinados para él. Reveló que había "quedado bien" con el que fue su vicepresidente. "Ha hecho casi todas las batallas conmigo", explicó, para luego añadir: "No quiero hacer sangre".

Por eso, con exquisito cuidado, habló del futuro. "Comprendo que se quieren resistir a las elecciones. Pero la sociedad, necesita un acto de autocrítica que pasa por que el presidente . sea elegido y respaldado por las urnas". Y se espera que los socios apoyen a los nuevos gestores, sean los que sean. "Muerto el perro se, acabó la rabia. Por eso espero que la sociedad no entre en un proceso de autodestrucción".

Cuando la tensión crecía, Mendoza aún tenía humor para una broma o una confesión. "Estoy cansado y lo he pasado fatal". Entonces, alguien le preguntó: "Y a partir de ahora, ¿qué?" . Entonces encendió el penúltimo cigarrillo, respiró profundamente y devolvió la pelota: "Eso digo yo: a partir de ahora, ¿qué?".

Mendoza seguirá yendo al fútbol: Se sentará en su abono. E incluso viajará como un seguidor más a algunos partidos. Animará al equipo en la Copa de Europa. "Y si la gana, un asa será mía. Y si no me la dan, como me conozco bien el club, igual vengo una noche, entro en la sala de, trofeos y cometo una locura"

Su objetivo inmediato es comenzar a escribir: "Siempre quise ser un plumilla". Será un libro que ya tiene título: Dos pelotas y un balón. También tiene argumento.

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