Cartas al director

Felicitación

Tras leer la carta de Juan Manuel Pinilla publicada el miércoles 19 de octubre, en su periódico, me gustaría sumarme a la felicitación hacia la compañía Metro de Madrid, pero, además, me gustaría añadir algunos aspectos más.Supongo que el tiempo estival que nos acompaña ha provocado la confusión en los responsables de la companía, que todavía no saben que el verano ha terminado, y tanto trabajadores como estudiantes nos enfrentamos cada vez que tomamos el metro a una titánica lucha por situamos en un pequeño rincón porque el servicio continúa reducido a cuatro vagones en el andén 2 de la línea...

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Tras leer la carta de Juan Manuel Pinilla publicada el miércoles 19 de octubre, en su periódico, me gustaría sumarme a la felicitación hacia la compañía Metro de Madrid, pero, además, me gustaría añadir algunos aspectos más.Supongo que el tiempo estival que nos acompaña ha provocado la confusión en los responsables de la companía, que todavía no saben que el verano ha terminado, y tanto trabajadores como estudiantes nos enfrentamos cada vez que tomamos el metro a una titánica lucha por situamos en un pequeño rincón porque el servicio continúa reducido a cuatro vagones en el andén 2 de la línea 6.

Tal vez si dejaran sólo dos vagones solucionarían el problema de peso de miles de madrileños, que cada día perderíamos de uno a dos kilos o, dependiendo de la hora, incluso más kilos.

Agradezco también que, tras permanecer más de un cuarto de hora parados en una estación del metro, exista algún responsable, que nos informe de que el servicio no se presta con normalidad. Menos mal, si no llegan a decirnoslo no nos damos ni cuenta; podrían suprimir al chivato y nadie se enteraría.

Lo más divertido, sin embargo, es cuando empleados y usuarios juegan al escondite.

Llegamos a un vestíbulo y está desierto, utilizamos nuestro billete, algunos se cuelan, descendemos las escaleras y, al doblar una esquina, isorpresa!, nos encontramos a cuatro empleados de Metro acompañados por dos vigilantes que nos obligan a enseñar el billete que ya habíamos guardado mientras contemplamos, impotentes, que el tren se va. No importa, con un poco de suerte, en ocho o diez minutos vendrá otro.

Finalmente, me gustaría invitar a los responsables del Consorcio de Transportes de Madrid a que utilicen más a menudo el ferrocarril metropolitano, aunque para ello tal vez necesiten una preparación previa, les aseguro que merece la pena.-

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