FÚTBOL UNDÉCIMA JORNADA DE LIGA

El Valencia sigue creciendo

El equipo de Luis golea a un ambicioso Compostela en un gran partido

En un partido memorable, el Valencia confirmó su trayectoria ascendente ante un Compostela grande que siempre miró de frente a Zubizarreta Cualquier cosa pudo pasar en un choque que refrenda toda la belleza del fútbol, pero quizá aquellos primeros actores que posee el Valencia (Mijatovic, Femando, Viola), sentenciaron el encuentro. La hinchada se revolvió de gozo al observar que Luis ha ensamblado un equipo poderoso.De un terreno rápido y una actitud atacante de ambos conjuntos, nació un partido trepidante, de aquellos en los que el espectador ni parpadea por no perderse algo bueno. El Com...

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En un partido memorable, el Valencia confirmó su trayectoria ascendente ante un Compostela grande que siempre miró de frente a Zubizarreta Cualquier cosa pudo pasar en un choque que refrenda toda la belleza del fútbol, pero quizá aquellos primeros actores que posee el Valencia (Mijatovic, Femando, Viola), sentenciaron el encuentro. La hinchada se revolvió de gozo al observar que Luis ha ensamblado un equipo poderoso.De un terreno rápido y una actitud atacante de ambos conjuntos, nació un partido trepidante, de aquellos en los que el espectador ni parpadea por no perderse algo bueno. El Compostela trajo consigo la pertinaz lluvia gallega a Valencia, pero también una ambición encomiable para un equipo de sus características. Las tres derrotas consecutivas a domicilio llevaron a Fernando Vázquez a apostar de inicio, por los dos hombres que le abastecen de goles en el Multiusos de San Lázaro, Christensen y Ohen, una pesadilla para cualquier defensa. La elección propició el espectáculo. Las señas de Vázquez se registaron pronto sobre Mestalla: presión zonal asfixiante y depliegue veloz de los interiores (sobre todo la verticalidad de José Ramón).

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Cada acción anunciaba algo interesante: el cambio de ritmo de Mijatovic, un pase de oro de Fernando o un disparo de José Ramón. El Valencia activó pronto su pareja de creación: Fernando inventa un pase y Mijatovic lo resuelve con claridad (m. 5). Podía suponer esto un recital blanco, pero al instante se descubrió que no, no lo permitirían los gallegos, que se marcharon raudos a por el empate. El Compostela apretó por donde más le duele al Valencia, su lateral izquierdo (Sietes), que regala pases como churros a sus contrincantes, y por ese lado apareció José Ramón para firmar el empate. Se aprovechó de la lluvia para lanzar, apenas sin ángulo, un disparo seco y cruzado (m. 10). Luis Aragonés percibió el agujero y sacó a Mendieta para taparlo.

Esto no hacía sino comenzar y el alto voltaje del duelo no decayó en ningún momento. Volvió a aparecer Mijatovic en otras tantas acciones trascendentales (provocó y tranformó el penalti que desequilibraba el encuetro) y, Ohen libró un mano a mano con Zubizarreta, que resolvió brillantemente el portero vasco. Todo ello despertó el entusiasmo de la hinchada, que coreó lo nombres de Pedja y Zubizarreta. Era un tratado de buen fútbol, del que desentonó el árbitro, Rodrí.guez Martel, que buscó un protagonismo inmerecido.

La segunda parte se abrió con una baja de consideración: Mijatovic, lesionado. Llegó la hora de Viola, recibido entre vítores por los aficionados durante el calentamiento. El brasileño pasaba la gran prueba de fuego: suplir a una de las estrellas de la Liga. La superó. Sobre todo porque aprovechó un mano a mano con Falagán para estrenarse como goleador y liberarse así de la presión del estreno. Encaró al portero y la colocó con la suavidad de la técnica brasileña. Tan ansiado era el tanto para el brasileño que ni siquiera lo celebró con una de sus preparadas conmemoraciones.

¿Resuelto el partido? Ni un ápice. Vázquez retiró un defensa y mandó abalanzarse sobre Zubizarreta. Titubeó el Valencia y el Compostela se le subió al cogote. Se palpaba el empate, cuando surgió Gálvez y firmó una jugada soberbia, una gran carrera en perpendicular desde la izquierda que culminó con sendos regates y el gol a puerta vacía.

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