Opuestos en la oposición

El cruce de insultos entre los portavoces del PSOE e IU da una larga tregua al alcalde

Les separan tres tabiques, puñados de insultos y una pinza. Los portavoces de la oposición municipal, Juan Barranco (PSOE) y Paco Herrera (IU), se han enzarzado en las últimas semanas en una guerra abierta cuyo detonante ha sido la adjudicación de suelo municipal para viviendas de protección oficial. Las dentelladas verbales ("matón", "puta mierda", es lo más dulce que se han dicho en periódicos y emisoras) harán aún más dificil la unidad de la oposición frente al equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Madrid.La mayoría absoluta del alcalde, José María Álvarez del Manzano, tenía poco ...

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Les separan tres tabiques, puñados de insultos y una pinza. Los portavoces de la oposición municipal, Juan Barranco (PSOE) y Paco Herrera (IU), se han enzarzado en las últimas semanas en una guerra abierta cuyo detonante ha sido la adjudicación de suelo municipal para viviendas de protección oficial. Las dentelladas verbales ("matón", "puta mierda", es lo más dulce que se han dicho en periódicos y emisoras) harán aún más dificil la unidad de la oposición frente al equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Madrid.La mayoría absoluta del alcalde, José María Álvarez del Manzano, tenía poco que temer de la oposición tras verse confirmada y aumentada tras las elecciones municipales de mayo (PSOE e IU suman cinco concejales menos que el PP). Las barbaridades que se han enviado mutuamente los dos portavoces a través de los medios de comunicación convierten ese llano sendero en un camino de rosas. "Mientras se peguen entre ellos, no nos dan a nosotros", reconoce una persona del entorno del alcalde.

La legislatura comenzó con la renuncia de IU a participar en la Comisión de Vigilancia de la Contratación en protesta por la designación como presidenta de la concejal socialista Ruth Porta. Los ediles de IU aseguran que cuando se creó ese órgano de control municipal (en 1989) se acordó que la presidencia sería ocupada alternativamente por los grupos de la oposición. Y el grupo municipal de IU creó una comisión paralela.

El voto favorable de Herrera (de 45 años) a la propuesta de reparto presentada por el PP para los pisos de protección oficial en el consejo de la Gerencia de Urbanismo del 5 de octubre indignó a Barranco (48 años). Éste considera que la adjudicación de las parcelas fue arbitraria. Durante el pleno celebrado el viernes 6 acusó al líder de IU, en declaraciones a EL PAÍS, de "connivencia" con el PP en ese reparto.

La furia del portavoz

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La reacción de Herrera fue inusualmente furiosa en él: "Barranco es una puta mierda en el sentido moral y político del término, un personaje perfectamente estúpido". El fin de semana no aplacó la ira del portavoz de IU, quien el lunes calificó de "mafioso" y "delincuente común" al ex alcalde socialista.

"Cómo se van a cruzar en el ascensor después de lo que se han dicho", inquiere un miembro de IU. Los despachos de Barranco y Herrera sólo tienen entre medias los de los concejales socialistas Ana Tutor y José María de la Riva: inevitable recorrer a diario el mismo pasillo. Pero, de momento, no se han cruzado sus pasos. Herrera ni siquiera acude a las reuniones de portavoces.

La posición oficial del PP, expresada tanto por el regidor como por el presidente regional, Pío García Escudero, evita cualquier alusión a la rentabilidad política del enfrentamiento. "Incluso en situaciones políticas ex tremas tenemos que mantener las formas porque los políticos no podemos olvidar la responsabilidad que tenemos como ejemplo público", señala García Escudero.

Si bien las relaciones entre ambos políticos nunca rozaron la amistad, habían conservado siempre las buenas maneras Quienes conocen a Herrera se extrañan de la virulencia de sus ataques: "Normalmente guarda las formas, aunque su ironía es a veces tremenda", dice un concejal del PP, que se extraña aún más de las salidas de tono de Barranco.

"¿Qué habremos tocado para provocar una reacción tan violenta?", se preguntaba éste quien rememora que el portavoz de IU rompía lanzas pública. mente a su favor durante la campaña electoral. "Barranco es honrado y un hombre de izquierdas. Un buen tipo. No tengo ninguna crítica personal que hacerle. Pero, ha sido un malísimo portavoz de la oposición socialista a Álvarez, del Manzano", declaró Herrera al Ya en mayo., "Lo hice por lástima", se lamenta ahora el líder de IU.

Bajo las palabras de Barranco subyace un persistente rumor sobre las implicaciones de Herrera con las, cooperativas o gestoras de pisos baratos. El portavoz de IU lo niega rotundamente. Por su parte, desenterró estos días el viejo asunto del piso del ex alcalde, cuya rehabilitación corrió a cargo de Carlos Sotos, ex gerente de PSV.

Sobre la raíz dé las malas relaciones entre ambos políticos sus amigos y compañeros barajan dos hipótesis. Hay quien remonta los resquemores a la época durante, la cual los comunistas participaron en el gobierno municipal socialista (así fue durante el mandato de Enrique Tierno). En octubre de 1985, Herrera, junto con otros concejales del PCE, abandonó la comisión de gobierno tras la ruptura del grupo comunista (eran cuatro ediles) y se pasó al grupo mixto. En una entrevista con EL PAÍS en octubre de 1992 Herrera declaraba en referencia a aquella época: "En la fase terminal de aquel gobierno se produjo una escisión del PCE, y el PSOE mantuvo la coalición con la parte escindida. Fue un acto de deslealtad hacia el socio con el que había gobernado desde 1979. Hubo que aguantar muchísimo desde el punto de vista personal. No tengo un buen recuerdo de aquella época". Unos meses después, Herrera declaraba: "Barranco [sucesor de Tierno] nos parece un mal alcalde, la gestión desde 1983 se ha deteriorado, y Barranco es el hombre de la ruptura de los pactos de la izquierda".

Otra teoría (ante la que asiente Herrera) sostiene que la animadversión comenzó tras la moción de censura de CDS y PP que en 1989 arrebató la alcaldía a Barranco. Los socialistas consideraron que la posición de IU no fue suficientemente solidaria con ellos y no les gustaba el buen entendimiento entre Herrera y el nuevo alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún (CDS). "Pero en ningún caso hubo malas caras ni declaraciones agresivas", asegura el edil socialista José María de la Riva. Herrera atribuye el desencuentro a "celos y envidias" que comienzan cuando el PSOE pasa a la oposición.

Un destacado dirigente socialista refuerza en cambio la tesis de las raíces políticas del enfrentamiento: "Barranco sangra por heridas políticas y no personales. El grupo municipal socialista no brilla demasiado, y Barranco está harto de que Herrera [periodista de profesión] se apunte tantos periodísticos. El día a día en el Ayuntamiento debe de ser muy duro, y Barranco lleva demasiados años en la política municipal".

La oposición de izquierdas en el Ayuntamiento pasó sin pena ni gloria en el anterior mandato cuatrienal. Ha puesto en pocos aprietos al PP, y tampoco ha intentado unir fuerzas para plantear soluciones a los problemas de los madrileños o poner contra las cuerdas al alcalde en los asuntos más espinosos, como la adjudicación del nuevo mobiliario urbano.

Los espectadores del teatro político municipal sólo recuerdan una ocasión en la que Barranco y Herrera diesen un paso político de la mano. Sólo se pusieron de acuerdo para abandonar el salón de plenos en octubre de 1993 en protesta por la tardanza habitual del alcalde en llegar a la reunión. Algo más hubo, aunque poco.

En los cuatro últimos anos, EL PAÍS sólo ha podido documentar otras seis acciones conjuntas: dos relativas a la adjudicación de parcelas para centros comerciales en Aluche y Ciudad Lineal, otra sobre las competencias de las juntas municipales, una propuesta de un plan de igualdad de la mujer y otra que pidió la sustitución de Esperanza Aguirre [actual primera teniente de alcalde] en la presidencia del grupo de trabajo sobre la mujer y la solicitud de un, pleno extraordinario sobre la situación del tráfico. Además hubo otras cuatro propuestas que avalaron los tres grupos políticos. Obviamente ha habido muchas ocasiones en que uno de los grupos votó a favor de las mociones presentadas por el otro, pero sin acuerdo previo.

La 'pinza' y la clientela

Como telón de fondo de este dramático paso de la indiferencia a la enemistad visceral se proyecta la sombra de la pinza del PP e IU a la que los socialistas se creen sometidos en la política nacional y la lógica lucha de dos empresas con la misma teórica clientela.

"Disputamos al PSOE la hegemonía política de la izquierda y eso molesta mucho a los socialistas", sentencia Herrera, quien ante las elecciones municipales de mayo confiaba en superar al PSOE (el célebre sorpasso) y, en todo caso, sólo aceptaba la idea de un acuerdo con los socialistas si él era el alcalde.

Barranco, por su lado, declaraba en mayo al Ya: "Si IU se dedica en la campaña a atacarnos a nosotros cometerán el mismo error que en 1991, y es que mientras se dedican a atacar al PSOE, la derecha gobierna en esta ciudad. Ése es el gran error. que comete IU, que da la impresión algunas veces de que gobierna para la derecha".

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