Bajo el síndrome del ahorro

Grandes municipios de la región, como Alcalá, Arganda, Torrejón, Aranjuez o Las Rozas, han probado por primera vez el sabor de la otra cara de la tortilla. Todos ellos cambiaron un Gobierno socialista -de lU, en el caso de Arganda por otro del PP. Tras tres meses de gestión, una misma vocación sobresale en todos los regidores populares: ahorrar, ahorrar y ahorrar. El objetivo es casi una obsesión. Unos venden coches o suprimen viajes al extranjero, otros piden a las compañías eléctricas que les enseñen trucos para no gastar tanto, y hay quien piensa en obtener ingresos colocando anuncios en su...

Grandes municipios de la región, como Alcalá, Arganda, Torrejón, Aranjuez o Las Rozas, han probado por primera vez el sabor de la otra cara de la tortilla. Todos ellos cambiaron un Gobierno socialista -de lU, en el caso de Arganda por otro del PP. Tras tres meses de gestión, una misma vocación sobresale en todos los regidores populares: ahorrar, ahorrar y ahorrar. El objetivo es casi una obsesión. Unos venden coches o suprimen viajes al extranjero, otros piden a las compañías eléctricas que les enseñen trucos para no gastar tanto, y hay quien piensa en obtener ingresos colocando anuncios en sus chirimbolos locales. Todos los regidores se han quejado de lo mismo: las arcas municipales están repletas de telarañas.Ginés López, alcalde de Arganda del Rey (28.000 habitantes), se queja además de que se ha encontrado con que debe 3.500 millones. "Estamos en quiebra técnica, pero saldremos con imaginación", asegura. Una de las primeras medidas del regidor ha sido rebajar el impuesto de actividades eco nómicas (IAE) en un 50% para animar a los empresarios a instalarse. "Que muchos paguen poco y no que pocos paguen mucho", sentencia. Entre los que deben pagar mucho están los, conductores infractores: la grúa municipal ha subido notablemente, aunque también, lo han hecho los talleres ocupacionales. "Perdemos dinero con ellos", se justifica el regidor.

Para aliviar sus penalidades económicas, este Gobierno está dispuesto a deshacerse de algunas rémoras presupuestarias. "Estamos estudiamos fórmulas para la gestión privada de la radio municipal. Eso no significa que la vendamos o que la cerremos, sólo que estudiamos su futura financiación", comenta el alcalde.

El regidor de Torrejón de Ardoz (87.000 habitantes), Julián López, tras haber encontrado 2.400 millones en deudas, ha tomado medidas: rifa dos coches oficiales. "Su mantenimiento suponía unas 700.000 pesetas mensuales. Sale más barato que coja un taxi cuando tenga que desplazarme en viaje oficial", argumenta.

Cancelar viajes

López, preocupado por los números, ha encargado una auditoría y ha reducido todos los gastos que considera superfluos. Por ejemplo, ha decidido no asistir a la reunión de regidores de ciudades desmilitarizadas que se celebra en Alemania. "No nos sirve para nada y sólo supone gastos". Para no gastar tanto en limpiezas -se debe 1.300 millones a la contrata-, el alcalde ha pedido a los vecinos que sean más limpios.La concejal del PSOE María Jesús Aycart difiere. "El alcalde nos ha cerrado todos los conductos democráticos. [López, que gobierna en minoría, ha rechazado una moción de censura por motivos de formal. Como no tiene mayoría en el pleno, gobierna mediante decretos". Aycart continúa: "No es cierto que el alcalde reduzca gastos. Por ejemplo, ha doblado los de las fiestas. En cuanto a los coches municipales que quiere rifar, no tiene derecho a hacer una tómbola con ellos: expolia un bien público".

El alcalde de Aranjuez (38.900 habitantes), José María Cepeda, del PP, denuncia haberse topado con 3.547 millones de deuda. "Ante esta situación sólo se puede aplicar austeridad, contención del gasto, y fiscalización". Desde que este alcalde preside el Ayuntamiento, todos los gastos deben someterse a las decisiones de la delegación de Hacienda. Para reducir el déficit, Cepeda encargó un estudio a la Compañía de electridad, Unión Fenosa, para ahorrar hasta un 12% en la factura.

El portavoz del PSOE, Lorenzo Sánchez., considera que la llegada del PP al Ayuntamiento se caracteriza por una palabra: "rodillo". El nuevo equipo de gobierno no consensúa: imponen los representantes municipales en Caja de Madrid, el amotinado de las fiestas y hablan de deuda sin avenirse a realizar una auditoría para, determinar cuánto debemos y, cuánto nos deben", recuerda.

El alcalde de Alcalá de Henares (166.000 habitantes), Bartolomé González, se queja también de los 14.000 millones de deudas que arrastra su Ayuntamiento. Para reducirlos ha encargado un informe sobre cómo disminuir el gasto en el alumbrado público. González también estudia cómo explotar publicitariamente el mobiliario urbano. Con el fin de reactivar algo las maltrechas cajas municipales ha dado vía libre a unas 200 licencias- de obras paraliza das por el anterior equipo de gobierno. Este Ayuntamiento, según dice González, "ha empezado a pagar las deudas por orden de antigüedad: ya vamos por las del año 1991 ", dice.

El portavoz del PSOE, Florencio Campos, anterior alcalde de Alcalá, considera que González carece de motivos para tantas quejas. "El nivel de endeudamiento certificado por la intervención indica que no llegaba al 20%. Como era tan bajo, nuestra previsión era in cluso subirlo un punto" González es una persona joven e inexperta, manifiestamente mejorable. Hace muchas promesas, que no puede cumplir".

El alcalde de Las Rozas (44.250 habitantes), Bonifacio de Santiago, tiene 5.300 millones en deudas. A De Santiago ya le ha pasado de todo: le ha corneado un toro, la Guardia Civil cargó contra los jóvenes que se divertían en un polígono de copas, ha separado del servicio a dos funcionarios y ha presentado una maqueta de cartulina de un proyecto municipal. "También he reordenado el tráfico, he dado competencias a mis ediles, he hecho una minioperación asfalto y he adecentado glorietas", dice.

Según Dolores Rodríguez, portavoz del PSOE, el alcalde se ha emprendido, por el momento, "una política doméstica y de pequeñas cosas". "No ha iniciado ningún gran proyectó y se ha limitado a las labores cotidianas. ¡Ya veremos qué pasa cuando lleguen los problemas", termina.