Un despacho con demasiados archivadores vacíos

Un curioso despacho. Demasiados archivadores para tan poca cosa archivada. Cuando el coronel Manuel López Fernández ocupó en La Casa la estancia que había correspondido hasta ese 26 de noviembre de 1991 a Juan Alberto Perote, se quedó sorprendido de que "un jefe de departamento tuviera tantos armarios con archivadores". Así se lo hizo ver al juez militar el pasado 19 de junio. Perote le explicó que guardaba allí sus papeles de directivo de la federación de Pentathlon.Cuando terminó el acto formal de la transmisión de poderes, Perote aseguró a su sucesor que no tenía nada que comunicarle...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Un curioso despacho. Demasiados archivadores para tan poca cosa archivada. Cuando el coronel Manuel López Fernández ocupó en La Casa la estancia que había correspondido hasta ese 26 de noviembre de 1991 a Juan Alberto Perote, se quedó sorprendido de que "un jefe de departamento tuviera tantos armarios con archivadores". Así se lo hizo ver al juez militar el pasado 19 de junio. Perote le explicó que guardaba allí sus papeles de directivo de la federación de Pentathlon.Cuando terminó el acto formal de la transmisión de poderes, Perote aseguró a su sucesor que no tenía nada que comunicarle ni ningún documento que entregarle. Como prueba abrió los armarios y dijo: "Como ves, no hay nada".

Más información

En dos armarios no había nada. En una estantería de otro reposaban dos libros: uno sobre "visitantes ilustres" y el otro, una interrumpida memoria manuscrita de actividades de la Agrupación Operativa. Otros dos armarios estaban repletos de archivadores, sin nada dentro. Cuando el nuevo jefe preguntó a su predecesor dónde estaba la documentación, Perote contestó que la había destruido y que no tenía documentación del departamento.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En