El corazón de Mónica resistió 15 días

La violenta explosión de gas de la calle Londres de Fuenlabrada (165.000 habitantes) sigue dando sacudidas. A las dos de la madrugada de ayer perdió la vida Mónica Carrasquilla, de 18 años, ingresada en el hospital de Getafe tras el estallido de la conducción, el pasado lunes 7 de agosto. Su corazón resistió durante 15 días. Ayer se apagó a causa de las graves quemaduras originadas en la deflagración. Ésta es la segunda víctima mortal del siniestro. La semana pasada pereció Romana González, de 43 años. Las dos mujeres se encontraban en el bloque cuando el edificio se estremeció y ardió tra...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La violenta explosión de gas de la calle Londres de Fuenlabrada (165.000 habitantes) sigue dando sacudidas. A las dos de la madrugada de ayer perdió la vida Mónica Carrasquilla, de 18 años, ingresada en el hospital de Getafe tras el estallido de la conducción, el pasado lunes 7 de agosto. Su corazón resistió durante 15 días. Ayer se apagó a causa de las graves quemaduras originadas en la deflagración. Ésta es la segunda víctima mortal del siniestro. La semana pasada pereció Romana González, de 43 años. Las dos mujeres se encontraban en el bloque cuando el edificio se estremeció y ardió tras un escape de gas.

Según el parte médico facilitado por el hospital, Mónica murió por alteraciones respiratorias provocadas por las quemaduras pulmonares que padecía. La mujer tenía profundas lesiones en el 75% de su cuerpo. Sus familiares, afligidos, desconsolados, se abrazaban ayer tarde emocionados en Fuenlabrada. Y sus primeras palabras eran de reconocimiento y gratitud: "Ante todo queremos dar las gracias a los médicos, enfermeros y trabajadores del hospital de Getafe, su comportamiento ha sido sensacional", comentaba su tía.

PASA A LA PÁGINA 3

"Verla reír era un placer"

VIENE DE LA PÁGINA 1Envueltos por el dolor, aquel que tenía fuerzas para hablar recordaba a Mónica Carrasquilla por su carácter. "Divina, entrañable, una chica radiante", enumeraba una prima. Y a todos les ha quedado dibujada en el aire su cautivadora sonrisa. "Verla reír era un placer", repetía una compañera. Vanessa, una vecina, musitaba: "Era un encanto, siempre feliz".

Mónica había estudiado hasta el año pasado en él instituto Jovellanos de Fuenlabrada. Ahora trabajaba Con su madre en una oficina inmobiliaria de su ciudad. El día del estallido se había quedado en casa. Su padre, chapista, y su madre salieron pronto a trabajar. A las 11.20, una potente explosión reventó puertas, ventanas y las cornisas del edificio. Simultáneamente, las llamas cubrieron el bloque. Según las primeras hipótesis, Mónica se abrasó mientras buscaba angustiada a su hermano y su perro. Sólo era capaz de preguntar por su hermano Juan y por su mascota. Luego fue conducida al hospital de Getafe, en donde nunca volvió a despertar.

Durante la agonía de Mónica, los familiares y amigos han echado en falta la presencia de representantes de Gas Natural. "No tienen vergüenza suficiente para dar la cara", comentaba un familiar. Francisco, el hermano de Romana González, la otra mujer fallecida, también lamentaba la escasa sensibilidad de la compañía.

En el barrio, la consternación era absoluta. Cuando se secaban las lágrimas tras el duelo de Romana, ayer llegó el segundo mazazo. El alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles indicó ayer a Europa Press que Gas Natural se está preocupando por los vecinos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En