Atasco para evitar atascos

La Comunidad elimina un 'punto negro' de la N-V derribando una mediana a la altura de Móstoles

La carretera de Extremadura o N-V a la altura del municipio de Móstoles (199.400 habitantes) está tan concurrida en los últimos días que su apariencia se asemeja a la de cualquier operación salida de vacaciones.Miles de vehículos que circulan por esta vía a una velocidad media de 110 kilómetros por hora, martirizan sus frenos a fuerza de pisotones cuando se acercan al kilómetro 13 en dirección a Talavera. Durante al menos 5.000 metros más la palanca de cambios no pasará de la segunda marcha, porque las obras de eliminación de una mediana, en el kilómetro 16 de esta carretera, les obliga a circ...

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La carretera de Extremadura o N-V a la altura del municipio de Móstoles (199.400 habitantes) está tan concurrida en los últimos días que su apariencia se asemeja a la de cualquier operación salida de vacaciones.Miles de vehículos que circulan por esta vía a una velocidad media de 110 kilómetros por hora, martirizan sus frenos a fuerza de pisotones cuando se acercan al kilómetro 13 en dirección a Talavera. Durante al menos 5.000 metros más la palanca de cambios no pasará de la segunda marcha, porque las obras de eliminación de una mediana, en el kilómetro 16 de esta carretera, les obliga a circular entre conos fluorescentes que delimitan un solo carril de los tres habituales.

La Comunidad de Madrid intenta con las obras eliminar el punto negro que representaba dicha mediana de separación por la derecha con el carril de entrada a Móstoles. En ese punto se agolpaban con sus coches todos los mostoleños que volvían desde la capital hasta el municipio, los aprendices de las autoescuelas que se dirigían al circuito de exámenes y aquellos conductores que se incorporaban a la citada vía procedentes de Villaviciosa de Odón. Al embudo resultante se unían además algunos desaprensivos que no dispuestos a esperar al final de la larga cola de hasta tres kilómetros que se formaba en el carril derecho, trataban de colarse a escasos metros del desvío provocando situaciones de peligro y numerosos accidentes.

Una vez eliminada la mediana, una docena de trabajadores estará hasta hoy en el conflictivo kilómetro 16 para igualar el nivel de la calzada con el objetivo de sacar cuatro carriles de los 14,50 metros de anchura que tiene la carretera. "Con ello se pretende mejorar el tráfico en la medida de lo posible y evitar maniobras bruscas de los conductores que no se esperaban una mediana de separación al lado derecho de la vía", comentaba anteayer un responsable de las obras.

Una vez finalizada la operación, técnicos de la Comunidad comprobarán los resultados y darán el visto bueno a la iluminación de la carretera, a través de la instalación de grandes farolas.

En este sentido, los vecinos de que vuelven a casa todas las noches, saben sin necesidad de indicadores, en qué momento pisan territorio de su término municipal. "Basta con darse cuenta de que las innumerables farolas que iluminan desde Campamento, Cuatro Vientos y Alcorcón, desaparecen en cuanto uno se acerca hacia Móstoles. Es como entrar en la boca del lobo", explican los conductores.

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