Tribuna:

Cansancio

La Bolsa española parece haber llegado al límite de sus fuerzas, ese punto en el que el dinero fluye con dificultad al esperar los inversores que sean otros los que carguen con la responsabilidad de consolidar los precios. Las excepciones a esta forma de actuar están en Tubacex, Ercros o Agroman, valores de temporada que desbordan cualquier posibilidad de análisis racional.Los operadores empiezan a sopesar el impacto que la privatización de un 12% de Telefónica puede tener sobre un mercado no demasiado sobrado de recursos para colocar a medio y largo plazo. Entre unas cosas y otras, ayer se ne...

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La Bolsa española parece haber llegado al límite de sus fuerzas, ese punto en el que el dinero fluye con dificultad al esperar los inversores que sean otros los que carguen con la responsabilidad de consolidar los precios. Las excepciones a esta forma de actuar están en Tubacex, Ercros o Agroman, valores de temporada que desbordan cualquier posibilidad de análisis racional.Los operadores empiezan a sopesar el impacto que la privatización de un 12% de Telefónica puede tener sobre un mercado no demasiado sobrado de recursos para colocar a medio y largo plazo. Entre unas cosas y otras, ayer se negociaron 17.500 millones de pesetas efectivas, cifra que encaja perfectamente con el ambiente vendedor de la jornada.

La subida de Nueva York, con 36 puntos a pocos minutos de la apertura, tan solo consiguió poner freno a la presión del papel, lo que hace de esta sesión un problema exclusivamente interno. La Bolsa española fue la única de las europeas que no cerró con un avance, a pesar del buen comportamiento del mercado de deuda y del ambiente a favor. Madrid cedió un 0,05% y el Ibex 35 ganó un 0,02%. El Dow Jones terminó perdiendo 2,82 puntos.

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