Secretismo inadmisible

En España el comercio de armamento es de un secretismo total, pues está clasificado como materia secreta desde 1987, y ni siquiera los parlamentarios tienen acceso a las actas de la junta interministerial que de forma exclusiva regula el comercio de armas.De este modo solamente un reducido grupo de ocho personas tiene decisión para aprobar o denegar las solicitudes de exportación de armamento, y nadie puede comprobar si se vende armas a países en conflicto, si se hacen transferencias de material bélico a países sobradamente conocidos por servir de intermediarios a terceros, ni si se está expor...

En España el comercio de armamento es de un secretismo total, pues está clasificado como materia secreta desde 1987, y ni siquiera los parlamentarios tienen acceso a las actas de la junta interministerial que de forma exclusiva regula el comercio de armas.De este modo solamente un reducido grupo de ocho personas tiene decisión para aprobar o denegar las solicitudes de exportación de armamento, y nadie puede comprobar si se vende armas a países en conflicto, si se hacen transferencias de material bélico a países sobradamente conocidos por servir de intermediarios a terceros, ni si se está exportando armas a naciones donde se producen flagrantes violaciones de los más elementales derechos humanos.

Este secretismo no se puede admitir en un Estado que pretenda ser democrático. Es necesario, pues, su control por parte de la sociedad a quien debe servir el Gobierno, y no hay control sin transparencia. Y para que haya transparencia es imprescindible, tal como preconizan Amnistía Inter-

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nacional, Greenpeace y Médico sin Fronteras, que las actas de la junta interministerial que rige el comercio de armas se hagan públicas, al menos trimestralmente.-