La reforma constitucional en Francia potencia el referéndum y limita la inmunidad

El Congreso del Parlamento francés -suma de miembros de la Asamblea Nacional y del Senado- aprobó ayer en Versalles lo que el ministro de Justicia, Jacques Toubon, considera "la más importante reforma constitucional desde 1962", año en que se instauró la elección del presidente por sufragio universal directo". La reforma afecta a tres aspectos de la Constitución gaullista de la V República: amplía el campo del referéndum, limita, la inmunidad parlamentaria y establece un único periodo de sesiones. Este último punto, que pretende "acrecentar el control sobre el Ejecutivo", supone pasar a una ...

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El Congreso del Parlamento francés -suma de miembros de la Asamblea Nacional y del Senado- aprobó ayer en Versalles lo que el ministro de Justicia, Jacques Toubon, considera "la más importante reforma constitucional desde 1962", año en que se instauró la elección del presidente por sufragio universal directo". La reforma afecta a tres aspectos de la Constitución gaullista de la V República: amplía el campo del referéndum, limita, la inmunidad parlamentaria y establece un único periodo de sesiones. Este último punto, que pretende "acrecentar el control sobre el Ejecutivo", supone pasar a una sola sesión de nueve meses, de principios de octubre a finales de junio.

Para reducir la inmunidad parlamentarla, el Gobierno ha tenido que batallar para conseguir que gaullistas y liberales, amén de la oposición, aceptasen modificar un símbolo con origen en la revolución de 1789.Todo parlamentario podrá ser procesado en cualquier momento, y sólo su detención o encarcelamiento necesitar de aprobación del Parlamento, o de su diputación permanente. Fuera del periodo de sesiones se pierde incluso ese pequeño privilegio.

El tema más conflictivo era el de la ampliación del campo del referéndum. Sus críticos -socialistas y comunistas e incluso miembros de la mayoría- denuncian el peligro populista. Hasta ahora se recurría al referéndum para ciertos tratados internacionales, como el de Maastricht, o para modificar la organización de los poderes públicos.

El presidente Jacques Chirac quiere que el referéndum sirva para consultar a los ciudadanos sobre "reformas relativas a la política económica y social de la nación y a los servicios públicos necesarios". Los socialistas y comunistas creen que el texto es confuso y que una materia como la educación no queda englobada en la esfera de la "política económica y social".

Se han levantado voces que reclaman "mayor respeto al legislativo" ante un riesgo de "un mayor presidencialismo" o de que "el plebiscito se convierta en forma de Gobierno".

Los senadores de la mayoría modificaron el proyecto para que toda propuesta de ley referendaria necesite de un debate parlamentario sin derecho a voto".

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