Tribuna:

Un desenlace desesperado

La 124 edición del British Open concluyó ayer con un desenlace que nadie podía imaginar. Desde el primer momento quedó claro que John Daly iba a ser uno de los aspirantes al triunfo. Durante horas mantuvo una ventaja que pareció más que suficiente, hasta que se topó con el hoyo 16 donde perdía quizá el golpe más ridículo del día. El bogey del 17 era prácticamente esperado, puesto que la ventaja que llevaba parecía suficiente. Por detrás, los jugadores que podían amenazarle iban cayendo poco a poco. Campbell nunca se encontró cómodo y desde el principio se vio que no iba a contar. Elking...

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La 124 edición del British Open concluyó ayer con un desenlace que nadie podía imaginar. Desde el primer momento quedó claro que John Daly iba a ser uno de los aspirantes al triunfo. Durante horas mantuvo una ventaja que pareció más que suficiente, hasta que se topó con el hoyo 16 donde perdía quizá el golpe más ridículo del día. El bogey del 17 era prácticamente esperado, puesto que la ventaja que llevaba parecía suficiente. Por detrás, los jugadores que podían amenazarle iban cayendo poco a poco. Campbell nunca se encontró cómodo y desde el principio se vio que no iba a contar. Elkington fue el único que plantó para a Daly; su amplia experiencia en los vientos australianos y progresiva madurez en los últimos años, le han permitido jugar como un maestro, aunque también encontró su final en el hoyo 17. Y Rocca, que tras un comienzo esperanzador donde aguantó con garra, empezó a tambalearse en los hoyos intermedios del recorrido.Fue a última hora cuando, ejecutando un milagroso golpe desde la carretera del 17, sus posibilidades cobraron credibilidad. El 18 fue todo un drama, desde su inconcebible error en el approach a su magnífico putt que le permitió acceder a un play off que el destino quizá no quiso que ganara.

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