El navarro hace pinitos con el francés en San Fermín

El francés es el idioma del ciclismo, pero su indiscutible implantación corría cierto peligro dada la cada vez mayor diversidad del pelotón. Los franceses empiezan a ser minoritarios y, lo que es peor, marginales. Y los líderes en cuestión acostumbran a ser, españoles, italianos, norteamericanos en su momento y hasta rusos. Y no todos hablan francés, lo que suele ser un problema en las multitudinarias conferencias de prensa del Tour. El problema se hace mayor cuando el líder del último lustro, léase Induráin, dice desconocer cualquier otro idioma que no sea el castellano.La cuestión no ha deja...

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El francés es el idioma del ciclismo, pero su indiscutible implantación corría cierto peligro dada la cada vez mayor diversidad del pelotón. Los franceses empiezan a ser minoritarios y, lo que es peor, marginales. Y los líderes en cuestión acostumbran a ser, españoles, italianos, norteamericanos en su momento y hasta rusos. Y no todos hablan francés, lo que suele ser un problema en las multitudinarias conferencias de prensa del Tour. El problema se hace mayor cuando el líder del último lustro, léase Induráin, dice desconocer cualquier otro idioma que no sea el castellano.La cuestión no ha dejado de producir algún leve conflicto. Induráin sólo habla en su idioma y necesita traductor, del francés exclusivamente. Berzin ha decidido que habla ruso cuando no quiere hacer comentarios y que habla italiano cuando cree que tiene algo que decir. Pero nunca francés. Zülle está negado para las lenguas y mejor que sólo hable su lengua vernácula, el alemán. El caso ejemplar es Rominger y sus seis idiomas.

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Rominger e Induráin aparecieron ayer ante la prensa. Rominger tuvo que ordenar su intervención según los idiomas; primero en alemán, luego en francés y finalmente en castellano. Los italianos se ausentaron no se sabe bien por qué. El moderador hizo las particiones a la voz de "a partir de ahora preguntas en...".

Pero la noticia estuvo en la intervención televisiva de Induráin, en el día de San Fermín. Induráin decidió poner a prueba su francés, entre las sonrisas de su traductor (Francis Lafargue) a quien el presentador le advirtió que el final de su empleo estaba cercano. El francés de Induráin resultó ser... regular tirando a malo. Empezó bien, con soltura no exenta de algunas palabras en perfecto castellano. Empeoró por momentos (del francés sólo respetaba algún que otro verbo) y acabó mirando de reojo a su traductor y olvidándose por completo de este su segundo idioma. Los franceses, naturalmente, quedaron encantados a la vez que esperanzados con el esfuerzo: Induráin dio muestras de entender casi todas las preguntas. ,

Lo último que cederá el Tour es el idioma. En realidad, hará lo mismo que el país, al que se ha criticado siempre por su chovinismo, pero que si se mira bien es admirable. Gracias a su defensa del francés ha conseguido con su francofonía mantener una discreta presencia frente al omnipotente inglés. Buena nota habría que tomar en España donde la modernidad está pasándose de vueltas y llega algunos momentos a hipotecar el idioma con el absurso de que muchos jóvenes hablan ya inglés siendo unos perfectos analfabetos en español. La suerte es que los hispanoamericanos, como los colombianos en el Tour, lo defienden gratis.

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