La tormenta cayó fuera de dos de los tres pantanos que abastecen Granada

Para la provincia de Granada, 1995 será el año pluviométrico más contradictorio. Hasta el jueves, muchas de las localidades afectadas por el diluvio que ha provocado daños valorados en 8.000 millones de pesetas habían recibido una cantidad de lluvia semejante a la que cae como promedio en el desierto del Sahara.En hora y media, la estadística las colocó en el listón de la, normalidad. La abundancia de lluvia en sólo 90 minutos tuvo un efecto inmediato: atascó el canal de Deifontes y dejó a 30.000 personas sin agua potable.

A la sequía pertinaz se unió la calamidad imprevista. El goberna...

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Para la provincia de Granada, 1995 será el año pluviométrico más contradictorio. Hasta el jueves, muchas de las localidades afectadas por el diluvio que ha provocado daños valorados en 8.000 millones de pesetas habían recibido una cantidad de lluvia semejante a la que cae como promedio en el desierto del Sahara.En hora y media, la estadística las colocó en el listón de la, normalidad. La abundancia de lluvia en sólo 90 minutos tuvo un efecto inmediato: atascó el canal de Deifontes y dejó a 30.000 personas sin agua potable.

A la sequía pertinaz se unió la calamidad imprevista. El gobernador civil, Fancisco Javier Romero, y el delegado de Gobernación de la Junta de Andalucía, Enrique Cobo, reconocieron el viernes con una sonrisa amarga que la descomunal tormenta -que descargó en ciertos puntos hasta 76 litros de agua por metro cuadrado en apenas media hora- sólo supuso un leve crecimiento en las reservas del único pantano que existe en la estrecha zona donde descargó la borrasca, el de Cubillas.

Los otros dos pantanos que abastecen Granada y los pueblos limítrofes quedaron fuera de la acción de las lluvias. La tormenta se concentró en una zona relativamente pequeña, localizada al norte de la capital de la provincia. El viernes fue sorprendente comprobar cómo entre las inundaciones y la tierra seca mediaba una distancia de unos pocos metros.

El año más seco

Granada vive en general su año meteorológico más seco. La suspensión de los campeonatos del mundo de esquí, previstos para finales de enero pasado, fue la prueba más palpable. En la capital las restricciones han ido aumentado progresivamente, hasta llegar a las nueve horas y media.Gracias a la apertura de dos pozos en la zona de la Vega -que manan unos cien litros por segundo- la grave situación ha mejorado. De hecho, en los pantanos existe ahora la misma cantidad de agua, unos seis hectómetros cúbicos, que a comienzos de año, pese a las escasas precipitaciones.

Con motivo de las fiestas locales, que empezaron la pasada medianoche, el ayuntamiento de Granada ha suprimido las restricciones de agua, que se reanudarán pasada la celebración, pero reducidas a sólo una hora.

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Maracena, Albolote y Peligros son los tres pueblos que desde el viernes por la mañana son abastecidos por el Ejército con camiones cisterna.

La situación se mantendrá de aquí a cinco o seis días. No obstante, en Peligros y en Maracena se trabajaba ayer para enlazar con la red de agua de la capital y abastecerse de ella durante los días precisos que dure la reparación de las depuradoras propias y del canal de Deifontes.

El viernes por la noche, se repitieron las precipitaciones que estuvieron también muy localizadas y que no supusieron nada para los pantanos semivacíos situados al suroeste de la capital.

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