"La Fuerza de Acción Rápida no es la solución"

La Fuerza de Acción Rápida (FAR), cuya creación acordaron el sábado en París los ministros europeos con tropas en Bosnia, "no solucionará el conflicto", advirtió ayer García Vargas."Hemos pedido prudencia en su uso. Su actuación debe ser siempre proporcionada. Hay que evitar por todos los medios cualquier impresión de escalada", agregó, como muestra de que el apoyo español a esta iniciativa está lejos de todo entusiasmo.

La FAR tendrá como misión acudir en ayuda de cascos azules amenazados, facilitar su redespliegue y asegurar su libertad de movimientos. En definitiva, evitar que...

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La Fuerza de Acción Rápida (FAR), cuya creación acordaron el sábado en París los ministros europeos con tropas en Bosnia, "no solucionará el conflicto", advirtió ayer García Vargas."Hemos pedido prudencia en su uso. Su actuación debe ser siempre proporcionada. Hay que evitar por todos los medios cualquier impresión de escalada", agregó, como muestra de que el apoyo español a esta iniciativa está lejos de todo entusiasmo.

La FAR tendrá como misión acudir en ayuda de cascos azules amenazados, facilitar su redespliegue y asegurar su libertad de movimientos. En definitiva, evitar que las tropas de la ONU sean "humilladas, retenidas y atacadas", como hasta ahora.

La FAR, bajo bandera y mando de la ONU, estará formada por dos brigadas (unos 10.000 soldados), una británica y otra multinacional. En la segunda se integrarán de 1.500 a 2.000 franceses y 1.30 holandeses (una compañía de morteros y una sección de radares). Estados Unidos facilitará apoyo aéreo, capacidad de transporte, helicópteros de ataque y órganos de mando y control.

España, al igual que Turquía o Alemania, ha ofrecido apoyo aéreo o logístico, pero no tropas. No obstante, dijo García Vargas, está estudiando la creación de la brigada multinacional y podría realizar "alguna aportación de tipo menor", si se le pide.

Por su parte, España reforzará la capacidad de autodefensa de sus cascos azules, dotándoles con artillería y misiles contracarro.

Los observadores españoles, como los de los demás países, serán concentrados para hacerlos menos vulnerables; aunque ello dificultará su labor de vigilancia.

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